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EN LA MUERTE DE JACQUES SOUSTELLE

La alegoría mexicana

El político y etnólogo francés Jacques Soustelle, considerado una de las máximas autoridades en etnología azteca, falleció en la noche del lunes a los 78 años.Cuando en su Antropología Estructural Lévi-Strauss le reprochaba a Gurvitch no entender nada de nada del valor que había que asignar a la representación que del espacio se hacía en cada cultura,' le remitía a una de las pruebas de cómo esa preocupación había estado siempre presente en la propia tradíción etnológica francesa: La pensée cosmo logique des anciens Mexicains, una auténtica obra maestra escrita por Jacques Soustelle en 1940. Soustelle pertenece -con Bloch, Granet, Durnezil, Griaule, etcétera- a aquella extraordinaria generación intermedia entre los padres fundadores de la antropo logía francesa, esto es Durkheim Mauss y la escuela de L'Année Sociologique y el advenimiento de la etnología estructural. Su aportación es estratégica en varios planos. Como arqueólogo e historiador se erige en uno de los grandes estudiosos y divulgadores de la cultura azteca, entre cuyas obras el lector español conoce La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista (FCE, 1956), El arte del Mexico antiguo (Juventud, 1969) y la divulgativa Los aztecas (OiKos-tau, 1986). En tanto que etnógrafo destacan sus trabajos sobre el grupo otorni y opame y sobre los lacadones así como una magnífica monografía: Tequila, un village naualt du Mexique.

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Jacques Soustelle, político y académico francés

Soustelle cultivó un género de literatura etnográfica que la antropología más: actual ha reivindicado como es ese relato de viaje en que las categorías subjetivas y objetivas aparecen inter seccionadas. Es el caso de Mexique (1937). Tampoco faltó a la cita con la etnomelancolía ese estilo apesadumbrado que puso de moda el Tristes trópicos de Lévi-Strauss. El resultado fue su obra más celebrada: Los cuatro soles (Guadarrama, 1980).

Cabe formularse una pregunta con respecto a la obra científica de Soustelle, una preguna que remita a esa lógica oculta que guía el desarrollo vocacional de todo ser humano: ¿por qué México? La debilidad mexicana del que fuera director del Musée de l'Homme debe ser puesta en relación con el valor de México como modelo. Por lo que hacía al pasado, era un país en que la miscelánea resultante de la presencia europea no presentaba crispaciones, donde indio no equivalía a un insulto y cuyo proceso de mestizaje discutía la condición intrínsecamente perversa que muchos atribuían al hecho colonial.

En cuanto al presente, en la época en que Soustelle debe tomar una opción de vida, México es como la Unión Soviética un oráculo al que inquirir el significado mismo de la historia Del mismo modo México es la prueba de que tal significado no existe y de que todo cambio constitu~ ye una fársáestéril. Por otra parte, el ocaso del imperio azteca se erigía en la trágica e inmejorable ilustración de lo efimero de las grandes civilizaciones.

La historia de México no es otra cosa que la Historia, "hecha de impulsos en seguida quebrantados, de algunos progresos, de pesados estancamientos y profundas regresiones; caos tempestuoso, desprovisto de sentido visible"-, Soustelle muere justamente ahora, cuando su alegoría mexicana se está revelando más lúcida y anticipadora que nunca.

Más información en la página 25

Manuel Delgado es antropólogo.

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