Cossiga ve una conspiración contra Bush y la presidencia italiana en el 'asunto P-2'
El presidente de Italia, Francesco Cossiga, reveló ayer su consternación por las insinuaciones lanzadas por el semanario L'Espresso acerca de su antigua amistad con Licio Gelli, líder de la logia P-2. Cossiga declaró que sospecha que todo esto forma parte de una conjura contra su persona por su interés en esclarecer los misterios políticos de Italia, como la matanza de la estación de Bolonia, de la que se cumple mañana el décimo aniversario, y contra el presidente norteamericano, George Bush.
JUAN ARIAS, Todos los partidos de Gobierno han declarado su solidaridad con el presidente Cossiga al mismo tiempo que se ha desencadenado un verdadero ataque a los periodistas de L'Espresso y a los del TG-1, el informativo del canal más importante de la RAI, dirigido por el democristiano Nucio Fava, por haber retransmitido la entrevista con el colaborador de la CIA Richard A. Brenneke, quien ha revelado que los servicios secretos norteamericanos habían subvencionado, a través de Gelli, el terrorismo en Italia y orgaiiizado el atentado que causó la muerte al primer ministro sueco Olof Palme.Por su parte, el primer ministro Giulio Andreotti, hizo anoche una vibrante defensa de los servicios secretos italianos y una dura condena del TG-1. Andreotti fue mus explícito al responder a-las 36 interpelaciones parlamentarias sobre las revelaciones de Brenneke y sobre la última sentencia de apelación del tribunal de Bolonia, que ha absuelto los días pasadps a todos los condenados -algunos a cadena perpetua- por el tribunal de primera instancia.
Tras- haber aceptar que en el pasado pudo haber casos individuales de agentes de los servicios secretos que no se comportaron bien, hoy, dichos servicios de seguridad actúan, dijo, "con total fidelidad y empeño". Añadió también que el secreto de Estado en materia de terrorismo nunca se impuso "para cubrir hochos subversivos, sino para tutelar la seguridad del Estado". Defendió a los magistrados que han absuelto a los condenados por la matanza de Bolonia y afirmó que es preciso "respetar la acción de la Magistratura si no se quiere dar un revolcón a las reglas de la convivencia civil'.
Según Andreotti, Brenneke nunca fue un verdadero agente de la CIA y algunas de las cosas por él afirmadas habían sido ya publicadas en periódicos sensacinoalistas de Suecia en 1980. El primer ministro condenó con severidad la información del TG-1, paradójicamente dirigido por un democristiano como él, aunque de la corriente de De Mita, calificándola de 'Provocativa", al mismo tiempo que de "inoportuna".
Los comunistas respondieron -duramente a Andreotti, afirmando con ironía que si "hay uno en este país. que conoce bien a los servicios secretos", ése es el presidente del Gobierno. Añadieron que no existen dudas de que los servicios secretos y de información italianos, cuyos altos mandos resultaron estar todos en la Logia P-2, por lo que tuvieron -que ser relevados de sus cargos, han estado siempre detrás de los mayores crímenes de los llamados "años de plomo o de la estrategia de la tensión", y que, de hecho, más de uno ha acabado incriminado y condenado por la justicia.
El presidente Cossiga ha admitido, conversando con sus amigos, que, efectivamente, había tenido contactos con Gelli porque entonces se decía que "era el amo del diario Il Corriere della Sera". Y por lo que se refiere al regalo que había.enviado a la hija de Gelli cuando era ministro del Interior, Cossiga explica que se trató de la iniciativa de un colaborador suyo "que ya ha fallecido". Y añadió, según informó ayer La Repubblica, que al ser elegido jefe de¡ Estado había informado ya a la oposición de sus anteriores contactos con el maestro de la- P-2.
Mientras tanto, ayer tarde fue aprobada por el Parlamento la nueva ley sobre la televisión, con 335 votos a favor, 230 en contra y 3 abstenciones.
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