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Castro acusa a España de colaborar con EE UU en el bloqueo de Cuba

Antonio Caño

El presidente de Cuba, Fidel Castro, lanzó anoche un duro ataque contra España al acusarla de "cómplice del imperialismo yanqui" en las agresiones y en el bloqueo a su país. Al grito de "no pasarán, no pasarán", en clara referencia al lema republicano de la guerra civil española, acusó también a España de arrogante y prepotente, y añadió que ni Estados Unidos ni Europa conseguirán humillar a su país.Castro hizo también un encendido llamamiento a la resistencia ante la grave crisis económica que padece el país y el aislamiento en que se encuentra.

En su discurso ante miles de cubanos congregados en la plaza de la Revolución de La Habana para conmemorar el 37 2 aniversario del asalto al cuartel Moncada, Castro dijo: "La consigna es resistir, resistir y resistir". Castro reconoció que el comercio con ciertos países socialistas del Este ha desaparecido. Y confesó que la situación es difícil con los combustibles y con las materias primas.

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Castro dice que no dejara salir a los refugiados

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Fídel Castro afirmó rotundamente en su discurso al referirse a sus aliados soviéticos: "Aunque la URSS ya no pueda cumplir sus compromisos, se desmembre y se separe, lo cual es lo que esperan el imperialismo y el capitalismo, nosotros seguiremos construyendo el socialismo, porque el socialismo no es coyuntural. Cuba no regresará jamás al capitalismo mientras quede un solo comunista en esta tierra", añadió.

La parte sustancial de su largo y prolijo discurso estuvo centrada en la crisis de los refugiados. Aseguró que el embajador español trató de disuadir a los tres primeros, pero recibió orden de Madrid de "retenerlos en la Embajada, porque eran excelente materia de escándalo". Además, calificó las declaraciones del ministro español de Asuntos Exteriores en Bruselas de "sumamente hostiles y ofensivas" para Cuba ante lo cual su país no hizo sino defenderse.

Castro dijo también que el Gobierno español estuvo diciendo a algunos dirigentes latinoamericanos que no había suspendido la cooperación científico-técnica con Cuba por valor de 2,5 millones de dólares como consecuencia de la crisis en las relaciones bilaterales originada por la entrada de los refugiados en la Embajada española en La Habana. Pero los hechos, dijo, hablan de otra manera. "No tenemos nada contra los españoles. Todo lo contrario. Tienen nuestro respeto y nuestra simpatía. Respetamos también los intereses de los españoles en Cuba".Ironía

No obstante, el líder cubano dijo rotundamente que los refugiados cubanos en la Embajada de España no serán autorizados a abandonar el país.

Castro no ahorró alusiones irónicas tanto al periodo colonial español, como a la crisis de los refugiados. Primero, dijo, "nos entregaron al imperio yanqui" y cien años después de "haberles echado de Cuba se hacen cómplices de EE UU en las agresiones imperialistas contra nuestro país".

Los miles de cubanos que se congregaron ayer en la plaza de la Revolución de La Habana en apoyo del presidente Fidel Castro lo hicieron y bajo la consigna de que "será mejor hundirse en el mar antes que traicionar la gloria que se ha vivido". El escenario desde el que Castro pronuncia cada año el más importante de sus discursos, en el aniversario del asalto al cuartel Moncada, del que ayer se cumplían 37 años, estaba dominado por un enorme cartel con la palabra "socialismo", para indicar que ése será el camino por el que seguirá transitando este país.La leyenda de que "Cuba será un eterno Baraguá" (alusión a la posición sostenida en esa ciudad por el general Antonio Maceo en contra de todo pacto con los españoles durante la guerra de liberación de Cuba) recordaba en otra esquina que la guerra será permanente. Y para que no fuera mera retórica, el miércoles a las cinco en punto sonaron las sirenas en La Habana en un ensayo de ataque aéreo.DemostraciónLa celebración del 37º aniversario del asalto al cuartel Moncada, gesta que marca el inicio de la revolución que llevó al poder a Fidel Castro, fue aprovechada por el Gobierno para tratar de demostrar al mundo que no se van a repetir allí los sucesos de Europa del Este, que los agoreros que pronostican la caída del régimen en pocos meses están equivocados.La diferencia sustancial con los países de Europa del Este -y ese fue el mensaje que el Gobierno trató de transmitir ayer- es que los dirigentes de hoy tienen mayor apoyo popular del que tuvieron los Gobiernos de los demás países socialistas en toda historia.

Si no entusiasmo, en las calles de La Habana se recogían ayer, al menos, numerosos testimonios de respaldo, más que al Gobierno, a Fidel Castro. "Yo cuando oigo a Fidel me erizo", decía una joven estudiante de economía. "En cambio", añadía, "Raúl Castro [ministro de las Fuerzas Armadas revolucionarias] es como el chicle: se mastica, pero no se puede tragar".

La manifestación fue dirigida manzana por manzana por las organizaciones encargadas del control a ese nivel, los Comités de Defensa de la Revolución. Muchos llevaban banderas rojinegras del 26 de julio.

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