La Cuadra de Sevilla estrena en Nueva York 'Crónica de una muerte anunciada'
La versión teatral de la obra de García Márquez se presenta el miércoles en el Public Theatre
La Cuadra de Sevilla, la compañía que dirige Salvador Távora, viajará mañana a Nueva York, donde el miércoles estrenará su nuevo espectáculo, Crónica de una muerte anunciada -teatralización de la novela de García Márquez-, que el 1 de agosto debe inaugurar en Nueva York el Festival Latino. El espectáculo, que se estrenará en el Public Theatre, permanecerá en Nueva York hasta el 5 de agosto iniciando fuego un viaje que lo llevará a San Francisco, Puerto Rico y México, para regresar a España el 28 de septiembre, cuando se presentará en la localidad de Molina de Segura (Murcia).
Después de la presentación en Murcia, Crónica de una muerte anunciada podrá verse en Sevilla, Bayona (Francia), Cádiz, Lebrija, Lisboa y Barcelona (Festival de Tardor), en el teatro Victoria, donde realizará una corta temporada hasta el 13 de enero.La Crónica del colombiano es un texto que Távora deseaba desde hace tiempo llevar al teatro. La razón de la atracción que la prosa de García Márquez, y en concreto esta Crónica, ejerce sobre el director sevillano se debe a que ambas sensibilidades, la de Gabo y la de Távora, comulgan en un mundo de imágenes, palabras, acciones y hechos, susceptibles de poner en marcha un proceso creativo que conduce, en palabras de Távora, "al encuentro emocional con el arte".
Hablando de la Crónica y relacionándola con la ponencia que Távora leyó recientemente en el Centro Europeo de Delfós con motivo de un simposio sobre la antigua tragedia griega, el director afirma que su autor, García Márquez, es: "quizá sin proponérselo, el autor literario ideal para un futuro teatro que pueda inscribirse dentro de las artes contemporáneas". "No existe" en la Crónica, dice Távora, "exposición, nudo y desenlace, factores que caracterizan, limitando la creatividad escénica, a la mayoría de las estructuras dramáticas textuales". "El protagonista", sigue diciendo Távora, "está muerto antes de empezar la tragedia. No hay la posibilidad de canalizar la trama escénica apoyándose en la dosificada emoción del argumento". "Y éste es", dice, "el desafio que me apasiona".
Para el director, el espectáculo -"música, palabras, llantos, actitudes trágicas, belleza interna de los personajes- "no se sitúa ni allí ni aquí sino en el corazón mismo de la sensibilidad, e intenta formalizarse envuelto en la emoción del circo, la magnitud de la ópera y la profundidad filosófica de las tragedias griegas". El espectáculo obedece también al culto obsesivo del director por los resultados escénicos imprevisibles, aunque en esta ocasión el riesgo se extienda a mostrar, "lejos de mascaradas seudorrealistas", dice Távora, "y por vía del universo cultural de comunicación que nos aferra a nuestra tierra, Andalucía, las afinidades que nos unen, en las actitudes ante la vida, la muerte, el honor y la religión, a los hombres de la Europa del sur on los hombres del sur de América".
Afinidades que en este caso se manifiestan en el cante, tan presente en los montajes de Távora -cantes de los llamados de ida y vuelta, colombianas y guajiras, fruto de la mezcla entre ambas culturas-, y en el clima de tragedia taurina que tiene la Crónica del colombiano y que en el espectáculo se plasma, dice Távora, "en el duelo final en el que se realiza la muerte del amante".
A Távora le hubiese hecho ilusión presentar su espectáculo en Colombia, en Medellín, y que este espectáculo hubiese servido de pretexto para el retorno de García Márquez a su país. Pero las circunstancias políticas y el clima de terrorismo que se vive en aquella república aconsejan posponer el viaje. Lo más probable es que Távora y García Márquez coincidan en México capital cuando allí se represente Crónica de una muerte anunciada.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.