Los refugiados sospechosos amenazan con una huelga de hambre
Los nueve cubanos que penetraron el sábado pasado en la Embajada de España se quejan del trato que reciben en la legación diplomática y amenazaron con declararse en huelga de hambre si no se cumplen algunas de sus exigencias, según informaron ayer funcionarios de la misión española en La Habana.
El lunes pasado, los nueve refugiados (cuyas edades están comprendidas entre 25 y 45 años), separados en dos grupos, pero en habitaciones contiguas, advirtieron que dejarían de comer hasta que no se entreviste con ellos el embajador español, Antonio Serrano de Haro, que ya había salido del país.
El nuevo jefe de la misión diplomática, Ignacio Rupérez, consiguió convencerles para que depusieran su actitud y contuvo ese primer brote conflictivo.
Los extraños huéspedes se quejan también de la calidad de la comida, de su aislamiento y de las condiciones de los cuartos donde están alojados.
Rupérez les explicó al respecto que ellos entraron en la embajada por propia voluntad y que debían tener en cuenta que la representación española no es un hotel.
Los refugiados reciben tres comidas diarias. La del mediodía del lunes pasado consistió en arroz con frijoles y carne.
Los funcionarios espanoles confían en que, aunque estos nueve refugiados, todos ellos hombres jóvenes y fornidos, se decidiesen por una acción violenta la situaIción sería manejable por los nueve geos que se encargan de la seguridad en el Interior de la Embajada, aunque por razones humanitarias se encuentran limitados en el uso de las armas.
"Por ahora están inquietos, pero no nos amenazan" dijo Rupérez, quien añadió que se les ha trasmitido a los 18 refugiados la indicación de que deben tener tranquilidad "porque esto puede durar meses".
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