España, llama a consultas a su representante en La Habana

El Gobierno español reaccionó ayer al virulento ataque de la cancillería cubana llamando a consultas a su embajador en La Habana, Antonio Serrano de Haro. Una escueta nota de la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores señala: "El Gobierno español rechaza el insólito comunicado de la cancillería cubana, ajeno a los mínimos usos de la convivencia internacional, y ha decidido llamar a consultas al embajador de España en La Habana".

La llamada a consultas es una forma de protesta mas enérgica que la nota verbal pero menos contundente que la ruptura de relaciones diplomáticas. La última vez que España llamó a un embajador lo hizo, junto con su: socios comunitarios, a principio del año pasado para protesta ante Teherán por la condena a muerte por el régimen integrista islámico del escritor británico Salman Rushdie.Cuando dentro de pocos días regrese a Madrid Serrano de Haro, la embajada de España quedará en manos del ministro consejero, Ignacio Rupérez, que acortará sus vacaciones reglamentarias para volver a La Habana. Tanto el ministro, Francisco Fernández Ordóñez, cómo sus colaboradores se negaron ayer por la tarde a comentar los "insultos" cubanos, aunque algunos altos cargos aceptaron hablar a condición de permanecer en el anonimato.

El texto de la cancillería cubana, reconocieron, ha sorprendido por su "belicosidad", porque no se corresponde con la línea moderada que adoptó el Gobierno español tras el incidente del viernes, cuando cuatro policías uniformados irrumpieron en la Embajada de España para capturar a un refugiado, ni tampoco sintoniza con las disculpas presenta das entonces por el vicecanciller primero, José Raúl Viera.

El titular de Exteriores reaccionó inicialmente con cautela y sólo subió el tono el martes por la mañana cuando dió a entender que si Fidel Castro abría la mano y empezaba a permitir la salida de los asilados se le podía venir abajo su régimen. Ayer, antes de que se diese a conocer el comunicado de la cancillería cubana, Fernández Ordóñez volvió a plegar velas en sus intervenciones públicas.

Ante los micrófonos de Radio Nacional, el ministro echó balones fuera e hizo hincapié en que lo que le preocupaba "es la situación en Cuba", donde hay "nerviosismo (...) producido por su aislamiento y por su gravísima situación económica". "(...) a todo el mundo le interesa una transición pacífica hacia la democracia". "Esperemos", dijo después en el Congreso, "que se imponga una cierta cordura". "Por nuestra parte tendremos paciencia y seremos firmes".

El comunicado de la cancillería, probablemente inspirado por el propio Castro, resulta también inexplicable para la diplomacia española, porque La Habana tiene mucho más que perder que Madrid. Cuba recibe créditos y ayudas a fondo perdido de España, que es la única potencia occidental con la que hasta ahora Castro, que ha perdido sus aliados en Europa del Este, mantenía un contacto flúido.