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LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS

España impone a Cuba una sanción simbólica

El Gobierno español endureció ayer bruscamente su actitud ante las autoridades cubanas, suspendiendo la próxima reunión de la comisión mixta de cooperación económica e industrial y respondiendo al comandante Fidel Castro quien amenazó el sábado con provocar un éxodo masivo del lumpen cubano hacia Europa- que si abre la puerta de su país se le puede venir abajo su régimen. "Hay cosas que tendremos que tener en cuenta, hay reuniones bilaterales que quedan muy castigadas" advirtió ayer en declaraciones a la cadena radiofónica COPE el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez.

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Colaboradores del ministro precisaron ulteriormente que España había suspendido la comisión mixta prevista a finales de este mes en La Habana, adonde iba a desplazarse el secretario de Estado de Comercio, Apolonio Ruiz Ligero. No se ha tomado, en cambio, ninguna decisión sobre la convocatoria este otoño de otra cita de índole parecido a la que acudirá el secretario de Estado de Cooperación Internacional, Luis Yañez.Tras comentar el desmoronamiento de los regímenes comunistas en Europa, Fernández Ordóñez prosiguió ante los micrófonos: "Curiosamente, el derrumbamiento de estos sistemas se produce én cuanto se abre la puerta". "Supongo que una cosa es lo que dice [Castro] y otra lo que hace, y tendrá mucho cuidado en abrir la puerta", concluyó aludiendo a la amenaza del líder cubano de repetir con España el mariel que inundó en 1980 la Embajada peruana con más de 10.000 refugiados de los que España acogió a unos 500.

Tres motivos

La subida de tono del jefe de la diplomacia española es achacable a tres motivos: que se siente más seguro después de recibir el lunes en Bruselas un espaldarazo de sus homólogos de la CE; que está molesto por las virulentas declaraciones del número tres cubano, Carlos Aldana, que le tachó de "irresponsable", aunque no quiere entablar ninguna polémica directa con él; que intenta sintonizar con una Prensa española que ha criticado la debilidad de su reacción inicial,

Asuntos Exteriores adoptó al principio una actitud moderada frente a las autoridades cubanas.

A pesar de que el embajador en Cuba, Antonio Serrano de Haro, presentó una protesta, el comportamiento español ha sido muy prudente. Madrid no pidió que el consul español fuese autorizado a visitar al detenido, ni convocó al embajador cubano en España para pedirle explicaciones, ni tampoco llamó a consultas a su jefe de misión en La Habana.

La cautela con que la diplomacia española reaccionó el fin de semana a la irrupción en la Embajada de España de cuatro policías cubanos que detuvieron a un refugiado obedece fundamentalmente a cuatro razones. El Gobierno español, el único Ejecutivo occidental que mantenía una relación fluida con La Habana, espera, en primer lugar, desempeñar un papel de buenos oficios o incluso de mediación en una hipotética transición cubana hacia la democracia, y para ello es indispensable permanecer en estrecho contacto con todas las partes. El presidente Felipe González instó, por ejemplo, a Castro en marzo en Brasilia, durante una entrevista, a que insertase a su isla en la corriente democrática que recorre Latinoamérica.

Diferencia con Pinochet

Tanto González como Fernández Ordóñez se resisten además a equiparar a Castro con los tradicionales dictadores latinoamericanos, y no responden a las exacciones de su policía con la misma dureza con la que hubiesen replicado a un Augusto Pinochet en Chile o a un Alfredo Stroessner en Paraguay.

España desea también evitar que su embajada se convierta en un foco de atracción para cientos de refugiados, entre los que, probablemente, se mezclarían delincuentes y provocadores a sueldo, que acaso le obligarían a cerrarla siguiendo el reciente ejemplo de las sedes diplomáticas de Francia y Alemania Federal en Tirana invadidas por miles de albaneses. "Nosotros no tenemos la eapacidad temporal de absorción de refugiados que tienen esos países", se lamentó un diplomático español.

Para aquellos asilados que desde el viernes o desde ayer se han refugiado en la representación diplomática española Fernández Ord.óñez pretende conseguir, a pesar de la negativa cubana a negociar, que salgan cuanto antes hacia el país de su elección. "Cuanto más ruido hagamos más tardaremos en sacarles", subrayó uno de sus colaboradores.

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