Refugiados bajo sospecha, en la mísion diplomática de Checoslovaquia
La irregular y escalonada irrupción de 12 cubanos en la Embajada de Checoslovaquia su comportamiento en el interior de la misión diplomática, sus demandas, y su "incondicionaV salida suscita sospechas sobre las verdaderas motivaciones de un suceso que inicialmente, hizo temer un nuevo éxodo masivo en Cuba. Los efectos de¡ extraño incidente pueden ser, sin embargo de signo contrario.La entrada en la sede checoslovaca de la docena de cubanos, cinco de ellos miembros de la Ilegal y heterogénca Asociación Pro Arte Libre (APAL), nacida apresuradamente al abrigo de las primeras discusiones en Ginebra del tema de los derechos humanos bajo el régimen de Fidel Castro, coincidió con la salida masiva y legalizada de los refugiados albaneses asilados en las Embajadas occidentales de Tirana.
La atención mundial se dirigió entonces hacia Cuba, en la creencia -compartida por no pocos cubanos-, de que una estampía similar a la de 1980 era factible en una coyuntura internacional tan favorable. No es improbable que esta misma tesis fuese también manejada por quienes, desde el Gobierno y la Seguridad del Estado, velan por la difícil estabilidad de un sistema que navega contra corriente.
La conocida infiltración policial en los colectivos disidentes cubanos, y la creación artificial de alguno de ellos, facilitaron supuestamente un controlado asalto a la Embajada de Praga y tinos disturbios medidos en el interior la sede con dos objetivos, fundamentalmente pedagógicos: disuadir a quienes pensaron en salir del país a través de una embajada y crear un serio problema a uno de los antiguos países hermanos más crítico con los derechos humanos en Cuba.
La Prensa revolucionaria se encargó de difundir el mensaje en un intento de dejar bien sentado ante el pueblo cubano que el Gobierno no actuará como lo hizo el régimen albanés.
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