Un encierro tranquilo

Los toros salmantinos de Sepúlveda pasaron por el encierro a gran velocidad y sin dejar heridos de importancia. El penúltimo encierro duró tan sólo dos minutos y medio.A pesar de ser viernes y 13, la carrera fue tranquila y sólo seis corredores fueron trasladados a centros hospitalarios donde, tras ser atendidos fueron dados de alta. En el hospital Virgen del Camino quedó ingreso el ciudadano francés Paul Rensch, de 27 años, vecino de Arles, que se fracturó la cadera izquierda al caer desde el vallado cuando presenciaba el encierro.

Los servicios sanitarios realizaron 31 atenciones y al hospital de Navarra fueron trasladados tres heridos. Gabriel Torrubia, de 35 años, vecino de Pamplona que resultó herido en el cuero cabelludo al caer al suelo en la calle Mercaderes; Iosu Astorquia, de 19 años, vecino de Durango (Vizcaya), que resultó con policontusiones cuando corría en el callejón de la plaza de toros, y Fernando García Martín, de 25 años, que resultó con traumatismo torácico y policontusiones al sufrir una caída en la calle Mercaderes.

Los heridos por asta de toro de los primeros encierros han seguido una evolución muy satisfactoria. El sueco Andrés Varani fue dado de alta el pasado día 11, mientras que el francés Jean Luis Place ha sido trasladado a un centro de su país. Aitor Ríos, Juan Manual García y Ricardo Alústiza evolucionan favorablemente, al igual que el joven madrileño Julián Caballero.

El 12 de julio se cumplieron 10 años sin víctimas mortales en los encierros. El 12 de julio de 1980, un solo toro, Antioquío, de la ganadería de Guardiola, mató a dos corredores. Las dos últimas víctimas mortales de este acto festivo fueron José antonio Sánchez, al que alcanzó en la plaza del Ayuntamiento, y Vicente Risco, corneado en la plaza de toros. Ese mismo día, otro guardiola, Patirroto, sembró el pánico en la arena al quedarse en ella dando vueltas rodeado de cientos de personas durante siete minutos y medio.