El líder soviético defiende la economía de mercado y critica las subidas de precios

El máximo dirigente de la URSS, Mijail Gorbachov, defendió ayer, en el informe presentado ante el 28º Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), la necesidad de pasar a la economía de mercado, e intentó desmarcarse del fallido programa que el Gobierno presentó ante el Parlamento. "La reforma de los precios no puede comenzar sin un detallado sistema de seguridad social y, por supuesto, el paso a la economía de mercado no se puede iniciar con una subida de precios. Esto es absurdo", dijo Gorbachov.

La gente reaccionó haciendo ruido y dando muestras de asombro. Como el programa gubernamental había sido discutido en el Consejo Presidencial y aprobado por éste antes de que el primer ministro, Nikolái Rizhkov, lo presentara ante el Sóviet Supremo, los delegados interpretaron esta declaración como un intento de Gorbachov de no asumir la responsabilidad que le corresponde. En el capítulo económico, que fue el más concreto del informe, el líder soviético reiteró que el paso a la economía de mercado "no es un fin en sí mismo, sino un medio para elevar el nivel de vida de la población y la eficacia de la economía".El mercado presupone la existencia de muchas formas de propiedad, explicó Gorbachov: "Empresas estatales, fábricas en arriendo, cooperativas, la propiedad laboral del granjero, del artesano y de la familia. Se trata de formas de propiedad que no pueden servir de base para la explotación del hombre por el hombre y, por tanto, al avanzar hacia el mercado no nos apartamos del socialismo", dijo Gorbachov, mostrando su adhesión a los principios marxistas.

Al mismo tiempo, el presidente soviético enumeró una serie de medidas prioritarias para pasar a la economía de mercado: emisión de acciones por parte de las empresas estatales, dar en arriendo las pequeñas fábricas y tiendas, crear una Bolsa, permitir la compraventa de viviendas y de parte de los medios de producción.

A diferencia de sus intervenciones anteriores, Gorbachov ahora relaciona en mayor grado el saneamiento de la economía soviética con su integración en el mercado mundial. Señaló al respecto que no se podía postergar el problema de la convertibilidad del rublo y habló de crear condiciones "mutuamente provechosas" para atraer capital extranjero. "Nos preparamos para ampliar las relaciones con los países capitalistas y pasar a los precios mundiales y a los pagos en divisas en el marco del CAME [mercado común del bloque socialista]", puntualizó Gorbachov.

El campesino y su tierra

El líder del Kremlin prometió también introducir "ciertas correcciones en la colaboración con los países del Tercer Mundo". últimamente, la ayuda a los países en desarrollo ha sido objeto de duras críticas en la Prensa y en el Sóviet Supremo. Varios diputados, algunos tan prestigiosos como Anatoli Sobchak, son partidarios de reducir esta ayuda drásticamente para disminuir el déficit presupuestario.Refiriéndose a la agricultura, Gorbachov dijo que la experiencia de los últimos años ha llevado al convencimiento de que ningún aumento de las inversiones de medios técnicos mejorará la situación del agro "si no cambian las relaciones económicas" -es decir, las relaciones de propiedad-, y si "el campesino no se convierte en el auténtico dueño de la tierra". Esta declaración de Gorbachov es justamente lo contrario de lo que piensa el miembro del Politburó responsable de Agricultura, Yegor Ligachov Este dirigente, considerado el líder del ala conservadora del PCUS, sostiene que si los koljoses tuvieran la misma cantidad de medios, maquinaria y fertilizantes que el granjero norteamericano, entonces los soviéticos producirían igual o más que los estadounidenses.