Aylwin y Pinochet abordan el tema de los derechos humanos en Chile
El jefe del Estado chileno, Patricio Aylwin, cenó en la noche del lunes (madrugada de ayer en España) con 35 generales del Ejército, entre ellos el jefe de esta institución, el general Augusto Pinochet. Aylwin planteó la postura del Gobierno sobre los derechos humanos a sus invitados, que asistieron uniformados, en momentos en que el país está impactado por el hallazgo de ejecutados tras el golpe militar de 1973, y cuando se cree que habrá nuevas exequias colectivas.
La cena con los generales en el palacio presidencial, que se prolongó durante tres horas, fue la primera reunión de Aylwin con el alto mando del Ejército. Pinochet, un hombre que conoce los mecanismos del poder, ha sido siempre celoso de los contactos de su institución, pero al término del encuentro del lunes salió sonriente.La comida fue "social, muy agradable", y las relaciones entre el Ejército y el Gobierno son normales, afirmó Pinochet. El vicecomandante del Ejército, Jorge Lucar, dijo que su institución "continuará colaborando al máximo posible" para esclarecer hechos como los de Pisagua.
Hasta ahora no se conoce ningún resultado concreto de esta disposición. El presidente Aylwin, según versiones de la Prensa, afirmó a los generales que en las violaciones a los derechos humanos cometidas durante el pasado Gobierno no hubo responsabilidad de instituciones sino de personas.
Por otra parte, el ex diputado comunista Vicente Atencio, uno de los cadáveres descubiertos en el campo de prisioneros de Pisagua, tenía huellas de tortura, según dijo a este diario una fuente del Gobierno. Ayer Aylwin rezó y dio el pésame a las familias de Atencio y Eduardo Cantero, en la iglesia en donde éstos eran velados en Santiago.
En el depósito de Iquique, la diputada María Maluenta, madre de un degollado durante la dictadura, identificó uno de los cuerpos aún sin reconocer de los 20 exhumados de Pisagua. Era el dirigente juvenil comunista Manuel Sangüeza, desaparecido desde 1974.
Después del hallazgo de Pisagua, el Ejército y la Armada han sido los más intransigentes para justificar su actuación en la represión posterior al golpe de Estado. En una actitud diferente aparece la Fuerza Aérea. La declaración de su comandante en jefe, general Fernando Matthei, quien admitió la responsabilidad de su institución en casos de muertos fusilados y desaparecidos, fueron valoradas positivamente por políticos que representan todo el abanico.
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