El Gobierno de Chamorro estudia un plan para reducir el Ejército a la mitad
ENVIADO ESPECIAL La presidenta de Nicaragua, Violeta Chamorro, anunciará en los próximos días un plan de reestructuración del Ejército Popular Sandinista (EPS), que será reducido probablemente a la mitad con el fin de equilibrar la desmovilización de la Contra. Según portavoces de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas (ONUCA), se desarmaron ya 11.200 miembros de la Resistencia. Nicaragüense (RN) y faltan por hacerlo cerca de 4.000, que lo estarán antes de fin de mes.
La desmovilización de la Contra avanzó en los últimos días al ritmo acelerado prometido por los líderes de RN previsto por los organismos internacionales. La ONUCA encontró, sin embargo, focos de resistencia al desarme en algunas zonas del país, lo que obligó a los oficiales de las Naciones Unidas a solicitar la intervención del jefe del Estado Mayor de RN, Israel Galeano Franklyn, para que hiciese cumplir a sus hombres la orden de desmovilización.
Franklyn tiene la promesa de la presidenta Violeta Chamorro y del propio jefe del Ejército sandinista, general Humberto Ortega, de que las Fuerzas Armadas iniciarán en el plazo más breve posible su propia desmovilización. El pasado 7 de junio el general Ortega presentó a la presidenta un proyecto de reestructuración que está siendo estudiado antes de hacerse público.
El proyecto incluye una sensible reducción del número de tropas, que llegó a ser de 80.000 y quedará entre 20.000 y 40.000, según fuentes próximas al Gobierno.
La cifra definitiva está pendiente de un acuerdo entre sectores del Ejecutivo que no creen necesaria la existencia de más de 10.000 hombres de uniforme y la posición de Humberto Ortega, que estima que Nicaragua debe tener un Ejército similar al de su vecino Honduras, de unos 40.000 hombres.
La reducción del Ejército permitirá lógicamente disminuir el presupuesto militar, que durante el Gobierno sandinista y la guerra con la Contra representaba el 50% del presupuesto.
Este argumento, sumado al de la inexistencia de una amenaza exterior en la actualidad, ha movido a algunos sectores de la sociedad nicaragüense, encabezados por el cardenal Miguel Obando y Bravo, a pedir que sea totalmente eliminado el Ejército nicaragüense y sustituido por una simple policía dedicada a mantener el orden público. Esa misma corriente, impulsada en Costa Rica de la mano del expresidente José Figueres, muerto la pasada, semana, se abre paso en Panamá.
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