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"Quiero verdad y justicia"

Una anciana rompe suavemente en llanto. Sus nietos la abrazan. Un ex detenido de Pisagua le acaricia la cabeza canosa. Ella aguarda todos los días, con un grupo de cerca de 50 personas, ingresada en el Instituto Médico Legal de Iquique para reconocer los cuerpos traídos a diario desde el campo de Pisagua."Necesito verlo, pasar por el duelo, aunque sea duro, aunque sufra. Hay algo que me empuja", dice Jini Arancibia, viuda de Freddy Taberna, uno de los miembros de la dirección del Partido Socialista de Iquique, todos ejecutados en 1973. "Quiero la verdad, pero también justicia, antes de pensar en reconciliación. La democracia es imposible sin justicia", afirma.

En el grupo, un ex prisionero de Pisagua reconoció a uno de los soldados que actuaron entonces en el campo de concentración. El sujeto, de 35 años, habló con este enviado sin revelar su nombre: "Era del batallón logístico de Pisagua, yo no maté ni torturé", comenzó diciendo.

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Nervioso, a pocos metros de los familiares de las víctimas que encendían velas, sin saber lo que él decía, agregó: "Pero vi". Sus recuerdos son rápidos: "A un infante de Marina le dijeron que si esquivaba las balas se salvaba. Mientras corría lo mataron con un riñe con mira telescópica. Ponían a los preciosos (así llamaban los soldados a los presos) en fila en el muelle y les empujaban amarrados de pies y manos a la bahía".

El ex soldado parecía incómodo y quería escabullirse. Pero el dolor de quienes estaban cerca de él le impelía a seguir y a descargarse. Aceptó seguir hablando delante de un abogado y de EL PAÍS: "Hay tres fosas con cuerpos. Creo que hay más de 70 cuerpos ahí y otros más repartidos". Recuerda nombres, detalles verídicos.

"Los sujetaban desde los pies toda la noche y las cabezas se hinchaban como pelotas. A otros los colgaban con una polea para meterlos al mar". El ex soldado, un hombre moreno y delgado de unos 35 años, dice que decidió hablar cuando vio en la Prensa el hallazgo de los cuerpos. Tiene miedo: "Conozco soldados de Pisagua que después se fueron a la CNI [Central Nacional de Informaciones, la policía secreta de Pinochet]".

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