La Contra desaparece oficialmente de la historia de Nicaragua
Violeta Chamorro llevó su autoridad hasta el poblado del Almendro y se convirtió en la presidenta efectiva de miles de contras que ayer desaparecieron oficialmente de la historia de Nicaragua. Pendiente todavía de incertidumbres y con retraso en la entrega de las mejores armas, el proceso de desmovilización de la Resistencia Nicaragüense (RN) parece abocado a su final en pocos días más, según portavoces de los organismos internacionales involucrados.
Chamorro se subió al estrado levantado bajo la incesante lluvia del invierno tropical con la bandera nacional en una mano y su bastón en la otra. Explicó a unos 2.000 contras bien armados y con rostros cansados que, bajo la enseña de la patria, iban a sentirse protegidos a partir de ahora y que confiasen en que su Gobierno será capaz de garantizar la vida de todos los nicaragüenses.Los contras se identificaban con ella, la vitoreaban y aplaudían como pocas veces se ha visto en un campamento de la RN. A ella y a su indiscutible líder y guía, no Israel Galeano, Comandante Franklin, sino el cardenal Miguel Obando y Bravo, quien ofició una misa de campaña en la que propuso a los asistentes convertirse a partir de ahora en soldados de Cristo. "Quiero oír más fuerte ese amén", reprendió el carismático obispo.
Para la Prensa sandinista el acto del sábado es un nuevo fraude a la voluntad de paz del pueblo. "El proceso de paz todavía no sale de la cuerda floja. Es evidente que en la Contra existen sectores que tratan de impedir un desarme total", afirmaba ayer un editorial del órgano del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Barricada.
Se extiende el plazo
Los 24 comandantes de la RN que entregaron sus fusiles a la presidenta Chamorro cumplieron con algo más que un mero acto simbólico. Muchos de ellos, como muchos de sus hombres, lo hacen de mala gana, pero persuadidos de que la guerra ya no tiene razón de ser en Nicaragua.
Las fuerzas de paz de las Naciones Unidas (ONUCA) han extendido hasta el día 29 el plazo para la desmovilización. Para entonces es muy probable que la Contra sea sólo un recuerdo, triste para algunos, necesario para otros. Entre estos problemas para que pueda cumplirse el nuevo plazo está la entrega de armas modernas y material pesado.
El jefe de la ONUCA, el general español Agustín Quesada, declaró el sábado que cree que el armamento pesado, especialmente los misiles tierra-aire, será entregado después de que se con sume la desmovilización de tropas. El representante de la Comisión Internacional de Apoyo y Verificación (CIAV), Santiago Murray, manifestó que todo puede haber acabado en 10 días.
En El Almendro se sembró el sábado algo de lo que puede ser una nueva Nicaragua. Al ver agarrados de la mano al general Quesada, Violeta Chamorro, a su jefe de Gobierno, Antonio Lacayo, a Franklin y a la directora de La Prensa, Cristina Chamorro, que flotaba sobre el barro como un cisne sobre el pantano, se podía distinguir también el nuevo perfil de este país.
Tímidos y acomplejados, permanecían en un rincón el comandante sandinista René Vivas, jefe de la policía, audaz guerrillero en el pasado, el jefe de la fuerza aérea sandinista y los pilotos de insignias rojinegras que habían transportado hasta ese lugar a las nuevas autoridades. Todos ellos se unieron a los contras en un momento determinado para entonar en posición de firme las notas del himno nacional.
Los nostálgicos echarán de menos el encanto romántico de esta tierra de comandantes y contras, pero la mayoría de los nicaragüenses suspiraban ayer con alivio al conocer este decisivo paso en la normalización de Nicaragua, y al saber, por qué no, que dentro de cuatro días llegarán 30 millones de dólares del paquete de ayuda aprobado por el Congreso de EE UU.
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