Triunfador, Florito
La ovación de la tarde se la ganó Florito Fernández, que es el mayoral y cabestrero de la plaza. Pero no un mayoral y cabestrero cualquiera, sino el mejor, sépalo todo el mundo también. El propio programa oficial le trata de don y aún se queda corto pues tiene tratamiento de usía.Don Florito no se lleva los toros a los corrales en brazos, aunque poco le falta. Primero va por lo reglamentario, que es hombre de orden. 0 sea, que saca su parada de cabestros y, como la tiene muy bien amaestrada, hace que, al olor del palo, unos se pongan delante, otros de zaga y, a la voz de mando, el de punta abre la marcha llevándose parada y toro detrás. Pero cuando ni con esas se quiere ir el toro, le llama desde barreras, le azuza, se despoja de la chaquetilla y, a punta de manga, lo mete en los chiqueros. Y así hizo ayer, por lo que el público rompió a aplaudir puesto en pie y no paró hasta que don Florito se hizo presente y saludó gorrilla en mano.
Núñez / Mendes, Camino, Niño de la Taurina
Tres toros de Carlos Núñez, terciados, lº y 2º broncos peligrosos, 6º inválido y manejable; tres dePeñajara, 3º, sobrero, inválido como el titular al que sustituyó, 4º con gran trapío, poder y bravo, 5º inválido, manejable, de poca casta. Víctor Mendes: pinchazo hondo, rueda de peones y estocada delantera (pitos); estocada corta y rueda de peones (aplausos). Rafi Camino: pinchazo, media perpendicular y dos descabellos (algunas palmas); pinchazo, rueda de peones y descabello (insistente ovación y dos salidas al tercio). Niño de la Taurina: estocada atravesadísima que asoma, rueda de peones, pinchazo y descabello (silencio); estocada atravesadísima que asoma y tres descabellos (fuerte ovación y salida al tercio). Plaza de Las Ventas, 4 de junio. 25ª corrida de feria. Lleno de "no hay billetes".
Otros toros inválidos debieron ser devueltos al corral, y por culpa del presidente, que se empeñó en mantenerlos en el ruedo, se quedó la afición sin lidia y sin nuevas proezas de don Florito. En el sobrero, cuya invalidez era absoluta, Niño de la Taurina estuvo breve. Al sexto, también inválido, le veroniqueó relajado, le banderilleó seguro, y le muleteó valiente. Niño de la Taurina dió una emocionante pedresina y sacó pases que parecían imposibles, dada la embestida prácticamente nula del toro. Los naturales, exponiendo y obligando, poseyeron especial enjundia. Pudo ser un triunfo, pero atravesó al toro con la espada y el premio se quedó en ovación.
Multitud de derechazos llevaba dados Rafi Camino al quinto hasta que se acopló a la nobleza del toro e instrumentó algunos redondos, ayudados y pases de la firma con arte y hondura. Cuando, ya a las tantas, se echó la muleta a la izquierda, el toro buscaba tablas y se le escapaba de los muletazos. Empezó la faena en terrenos del 10 y la concluyó en el siete, tras dar la vuelta al ruedo, lo que no es, precisamente, una prueba de dominio.
El segundo toro, Núñez manso peligroso, parecía toreado. Se defendía por delante derrotando, por detrás pegando coces y Camino lo hubo de machetear entre sobresaltos. El primero -otro Núñez- poseía una bronca fiereza que desbordaba el macheteo de Víctor Mendes. Al cuarto castaño de preciosa estampa, poderoso y bravo, Mendes lo muleteó muy decidido por derechazos y naturales. Pero aún estuvo más brillante en banderillas, pues hizo la suerte desde la autenticidad; es decir, asomándose al balcón, que es lo que emociona, gusta y divierte. El arte banderillero de Mendes provocó ovaciones de gala, por supuesto, si bien no tanto como la magia cabestrera de don Florito. Niño de la Taurina brindó un toro a don Florito y Víctor Mendes otro a los areneros, que no manejan cabestros pero han de limpiar las plastas tamaño chapelas que dejan e sus correrías por el redondel, y eso también tiene su importancia.
Babelia
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