Venecia se descubre ante Eduardo Chillida

La Bienal de Venecia, abierta al público el domingo, ha elegido al escultor vasco Eduardo Chillida para homenajear el conjunto de su obra. Chillida muestra en Venecia, en el palacio de Ca'Pesaro, 30 esculturas de gran tamaño en hierro, alabastro y granito, junto agrabados, dibujos y collages, hasta un total de 80 trabajos.

En un no muy felizmente remodelado palacio de Ca'Pesaro se exhibe la obra de Chillida, que ha sido objeto de un más que merecido homenaje por parte de la dirección de la Bienal. Y aunque las dificultades de esa defectuosa remodelación del edificio han impedido que se pudieran mostrar muchas de las obras que estaban previstas en esta panorámica retrospectiva de la obra de Chillida, hay que señalar que, con todo, hay un abundante y muy representativo muestrario de su trayectoria artística, en la que se pueden contemplar no sólo esculturas de casi todas sus principales etapas, sino también dibujos, algunos fechados en años tan tempranos como finales de los cuarenta.La exposición, respetando el más que sensato criterio de Chillida, se ha montado en la planta baja de Ca'Pesaro y está organizada en torno a un maravilloso conjunto de esculturas dispuestas en el diáfano eje principal de la misma. Magníficamente arropadas por la excelente obra titulada Homenaje a Balenciaga, que cierra el eje frente a la panorámica del Gran Canal, y sobre un soporte de madera dispuesto encima de un lecho de arena, se despliegan un conjunto de esculturas, algunas de las cuales están fechadas en el presente año, como la anteriormente citada, Down town III, o piezas pertenecientes a otras series conocidas -Lo profundo es el aire XI, Elogio de la arquitectura VI, La casa del poeta VI y Mendi huts II-.

Se ordenan allí, en efecto, desde alguno de los ejemplares de las mesas de Omar Khayyan hasta el Homenaje a Juan Gris o De música II formando un conjunto extraordinariamente convincente. Alrededor de esta sala central se disponen otros habitáculos, que contienen esculturas en alabastro, barro, hierro, etcétera, que pertenecen a diferentes periodos de Chillida.

El conjunto suma unas 30 esculturas y medio centenar de dibujos, que dan una idea bastante completa de la potencia y la versatilidad del talento de Eduardo Chillida, que tiene ya tras de sí una trayectoria de más de 40 años de activa vida creadora. El homenaje que le rinde, pues,Venecia es merecidísimo y no sólo, como nos recuerda Giovanni Carandente en el texto del catálogo, por haber obtenido el Premio Internacional de Escultura de la Bienal el año 1958, sino porque ha continuado su incansable labor hasta el presente, en el que se encuentra, por citar otra vez al director de sector de las artes visuales, "en la plenitud de su madurez".