El secreto del acueducto
En el número del pasado 28 de abril, y en el suplemento de Artes, he tenido ocasión de leer una contribución del señor M. de Frutos Borreguero llamada El secreto del acueducto, ofreciendo una propuesta de restitución de los epígrafes perdidos del acueducto de Segovia.Le dirijo estas líneas en mi calidad de especialista en epigrafía latina y arqueología clásica, disciplinas que profeso en la Universidad Autónoma de Madrid, y lo hago después de meditarlo, ya que el papel de abogado del diablo no es agradable de desempeñar. Supongo que la datación en el año 88 del acueducto habrá causado el correspondiente revuelo entre los ciudadanos de Segovia y una parte del mundo de la cultura, y es lo que me obliga a hacer públicamente una llamada a la reserva y la prudencia, ya que la restitución del señor De Frutos adolece de varios serios problemas desde el punto de vista de la praxis epigráfica e incluso del propio latín, que por su complejidad no detallo ahora, pero que hacen imposible aceptar su hipótesis de lectura.
La cronología precisa de uno de los más imponentes monumentos romanos de España sigue siendo pues, para nuestra preocupación, un enigma. La posibilidad de los reinados de Domiciano o de Nerva (como propuso hace unos años el académico profesor Blanco) es arqueológicamente posible, y mucho, pero por el momento no podemos decir que desde la ciencia epigráfica ello pueda considerarse probado. He considerado un deber en esta ocasión el hacer manifestación pública de mi juicio profesional sobre esta noticia.-Profesora doctora del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid.
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