La transición despega en Chile

La transición chilena a la democracia, que acaba de cumplir dos meses desde que asumió el poder el presidente Patricio Aylwin, logró acuerdos sociales, un nuevo clima cultural, y comenzó a afrontar el tema de las violaciones de los derechos humanos. Para el Gobierno chileno terminó el período de calma inicial con una nueva Administración: los partidos de la derecha están a la ofensiva, el general Augusto Pinochet ha mostrado su malestar y los empresarios temen que se produzca una recesión.

El cambio más notorio es el destape cultural. Han venido o anuncian visita cantantes y espectáculos que no pudieron entrar en Chile durante la dictadura: los cubanos Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, el español Joan Manuel Serrat, el Circo de Moscú. Terminaron las listas negras en la televisión y la prensa disfruta de libertad, afectada sólo por la justicia militar, en la cual hay 20 procesos contra periodistas, la mayoría por supuestas ofensas a las Fuerzas Armadas.Después de los tropiezos iniciales, en que las autoridades encontraron algunas oficinas sin archivos, lápices ni papel higiénico, la coalición gobernante de centro izquierda tomó las riendas de la Administración sin provocar traumas. Son removidos con parsimonia los rectores de universidades nombrados durante el Gobierno militar. Ex agentes de seguridad han renunciado a sus cargos, uno de ellos descubierto como director de un colegio, otra como secretaría privada de un alto funcionario en un ministerio, después de que sus nombres fueran publicados por un semanario comunista.

Senadores y diputados se reúnen en el inconcluso edificio del Congreso, en Valparaíso, a 120 kilómetros de la capital. La primera lluvia anegó el recinto y los ruidos de la construcción han molestado en más de una reunión. El precario edificio, su controvertida ubicación lejos del poder ejecutivo y la falta de presupuesto del Parlamento son un símbolo del destino más decorativo que el régimen anterior preveía al Congreso si Pinochet seguía gobernando.

Los derechos humanos

El tratamiento con pinzas del tema de los derechos humanos y la búsqueda de estabilidad económica y social han sido las claves de la acción del Gobierno. Aylwin indultó a 46 presos políticos, y el resto, cerca de 400, espera en la cárcel si el Parlamento modifica las leyes represivas. La Comisión de Verdad y Reconciliación, creada por el Gobierno, que incorpora a juristas de distintas tendencias, investigará tanto las violaciones de los derechos humanos cometidas por los aparatos del Estado como los atentados contra el régimen anterior.Aunque cauta, esta tarea de la comisión provocó inquietud en la oposición, que se erigió en defensora de las Fuerzas Armadas, y en el Ejército.

En una audiencia privada con Aylwin, Pinochet planteó su disconformidad con la comisión según versiones de prensa y de sus allegados, y se quejó por el trato "descalificador" que dio el presidente al régimen militar en un discurso.

Más rápida ha sido la transición en política exterior. El Gobierno reabrió relaciones con los países de Europa del Este, México, y sólo no las reanudó con Cuba. Para normalizarlas con Estados Unidos, cuyo presidente, George Bush, visitará Chile, está pendiente el caso del asesinato del ex ministro socialista Orlando Letelier y su secretaria, Ronnie Moffitt, en Washington, en 1976.