Giacomelli: "La 'intifada' ha devuelto la dignidad al pueblo de Palestina"

Giorgio Giacomelli, comisionado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los refugiados de Palestina en Oriente Próximo, considera que la intifada, la tenaz resistencia civil de los palestinos, "se ha con vertido en uno de los rasgos fundamentales de la nueva cultura política de la población palestina". "La intifada", dice, "ha devuelto a los palestinos la dignidad y ha fortalecido sus lazos colectivos". En esta entrevista, Giacomelli habla de la situación de los dos millones de refugiados de los que se ocupa el Organismo de Obras Públicas y Socorro (OOPS) de la ONU para los palestinos.

Giorgio Giacomelli, italiano, concluyó ayer una de sus periódicas visitas a España, durante la que se entrevistó con distintos cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores. España aporta dos millones de dólares anuales (220 millones de pesetas) a la OOPS, además de contribuir en los 50 millones de dólares con que la Comunidad Europea (CE) financia cada año a esta organización cuyo presupuesto global supera los 250 millones de dólares.Pregunta. ¿Hasta qué punto los acontecimientos en el Este de: Europa han apartado de Oriente Próximo la atención y los esfuerzos de los Gobiernos?

Respuesta. Hasta el momento no hemos notado un incrmento en las dificultades para obtener dinero de los Gobier nos, pero creo que podemos sufrirlas a corto plazo. Sí se detecta un cierto cansancio internacional ante un problema que, como el palestino, parece no tener fin. Pero el enorme cambio que se registra en Europa puede, indirectamente, favorecer la pacificación de Oriente Próximo. Me refiero a que Oriente Próximo volverá a ser la frontera entre el mundo occidental y el asiático, como lo era ya cuando los imperios griego y persa se disputaban la supremacía. Y Occidente deberá prestar aún mas atención a esta zona del mundo tras la cual brotan problemas, como el fundamentalismo islámico, que pueden constituir los mayores riesgos para la seguridad occidental.

P. Después de más de dos años de intifada, ¿hasta qué punto han empeorado las condiciones de vida de los refugiados palestinos?

R. En los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania las condiciones de vida se han hecho dramáticas. En Gaza, concretamente, calculamos que la intifada ha provocado una reducción del 50% en los ingresos medios de las familias palestinas, bien por la autolimitación de horarios comerciales, bien por la vigencia del toque de queda o por las dificultades que encuentran los palestinos para trabajar en empresas israelíes. Gaza se ha convertido de hecho en un gran campo de concentración. Cisjordania, de mayor tamaño y cuya frontera con Israel es más permeable no ha llegado a la situación límite de Gaza. Para paliar la gravedad de la situación tenemos proyectado un conjunto de obras con un presupuesto de 65 millones de dólares, de los que ya hemos conseguido la mitad. El principal proyecto es la construcción de un hospital en Gaza con 200 camas que permita aliviar la lamentable situación sanitaria en la zona.

P. La intifada ha conmocionado en cierta forma la conciencia occidental y ha facilitado la presentación de planes de paz, como por ejemplo el formulado por el secretario de Estado de Estados Unidos, James Baker. ¿Qué posibilidades reales tiene la paz en Oriente Próximo?

R. Los planes de paz como el de James Baker o el del presidente egipcio, Hosni Mubarak, tienen, además de su valor intrínseco, un valor adicional: mantienen el problema en una situación dinámica. Se habla de ello. Lo peor sería una apatía internacional que paralizara el problema. Eso provocaría una escalada de la violencia en la intifada cuyo triste precio, que ahora podemos calcular en un muerto diario, se elevaría dramáticamente. Por otra parte, la misma intifada se ha convertido en uno de los rasgos fundamentales de una nueva cultura política y social de los palestinos.