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Landsbergis pide a EE UU que reconozca a Lituania

El presidente de Lituania, Vytautas Landsbergis, ha enviado una carta al Congreso norteamericano pidiendo apoyo y el reconocimiento formal de su Gobierno. Mientras tanto, el Ministerio de Defensa de la URSS ha resuelto que no enjuiciará a los soldados lituanos que han desertado del Ejército Rojo, y en Estonia, el nuevo Parlamento comenzaba ayer su primera sesión, esperándose que pronto declare la independencia de esa república del Báltico.

"No se abrirán causas criminales contra los militares de nacionalidad lituana que por su propia cuenta abandonaron las unidades y que hayan declarado voluntariamente en los comisariados su disposición a continuar el servicio militar", declaró ayer un portavoz del Estado Mayor General de las fuerzas armadas soviéticas.La amnistía va acompañada de una dura advertencia a quienes sigan "violando la ley de la URSS del servicio militar obligatorio". Estos serán "buscados, arrestados, y contra ellos se aplicarán las medidas de castigo criminal de acuerdo con la ley en vigor".

Landsbergis leyó ayer ante el Parlamento lituano el texto de la carta. que envió a los diputados y senadores norteamericanos. En ella dice que Lituania corre "gran peligro", y que apoyarla "significa apoyar" el movimiento de libertad y democracia en Europa del Este".

"Este apoyo indudablemente ayudará al señor Gorbachov, impidiéndole cometer un grave error", escribe Landsbergis, que espera confiado en que el Congreso norteamericano respaldará a Lituania en su lucha "contra el militarismo y la agresión, en esta lucha por la paz y la justicia".

El Parlamento lituano continuaba reunido anoche, sin haber llegado todavía al quinto punto del orden del día, que debe discutir el proyecto de ley sobre partidos políticos. Éstos deberán registrarse en el Ministerio de Justicia a condición de que cuenten, como mínimo, con 500 miembros.

Financiación

Según el proyecto, los partidos no podrán recibir financiación de países extranjeros ni podrán actuar en la república partidos de países extranjeros. Esto pondría fuera de la ley a los comunistas Fieles a Moscú. El proyecto, junto con otro sobre la seguridad del Estado, que prevé hasta 10 años de privación de libertad para quienes llamen a derrocar violentamente el Gobierno legítimo, es blanco de las críticas de la población rusa de Lituania. Los rusos interpretan estos proyectos como armas que se usarán contra quienes quieren conservar la integridad de la Unión Soviética.

De "compleja" calificaba ayer la agencia soviética oficial Tass la situación en la república de Lituania. Lo más preocupante, según esta agencia noticiosa, es que continúa el registro de voluntarios para servir en los "destacamentos de defensa de la región". Ochenta desertores se han inscrito, y en total, más de 5.000 personas ya han declarado su deseo de servir en ellos.

La venta de armas continúa en los mercados locales, según Tass. Por ejemplo, en el mercado cooperativo de Kaunas, una metralleta cuesta 1.500 rublos, y una pistola, 800.

En Estonia comenzó ayer su primera sesión el nuevo Parlamento. Fue reelegido por 84 votos a favor y 18 en contra como presidente del Soviet Supremo el comunista Arnold Rüütel. Para la cartera de primer ministro se barajan los nombres de Miik Toome, que ocupaba hasta ahora este cargo, y el de Edgar Savisaar, líder del Frente Popular.

La independencia de Estonia será el principal tema que deberá abordar el nuevo Parlamento. Ya en la legislatura pasada, el diputado Juhan Aare propuso declarar la independencia y sólo faltaron 11 votos para los dos tercios necesarios. Rein Veideman, dirigente del Frente Popular, ya ha planteado que se incluya el tema en el orden de materias a tratar, y se espera que en los próximos días Estonia se declare independiente.

Calma en Georgia

Por otra parte, la situación hoy era de calma en la ciudad georgiana de Chiatura, donde hubo desórdenes después de que un policía matara a un ciudadano el lunes pasado.

Según Interfax, publicación de Radio Moscú, el policía habría disparado contra dos personas, con antecedentes criminales, que le habrían quitado el automóvil y un arma. Uno de los heridos murió poco después, y en la tarde hubo un mitin en el que participaron alrededor de 15.000 personas que protestaban contra las acciones del policía.

A petición del Ministerio del Interior de la URSS, a Chiatura llegó el líder del Partido de Independencia Nacional de Georgia, Irakli Tsereteli, oriundo de esta ciudad, y logró impedir que las masas tomaran la sede de la policía. Sin embargo, después de que éste se fue, más de 1.000 personas quemaron en la noche el edificio del departamento del Interior y se apoderaron de 40 pistolas.

Tenguiz Sharmaashvili, dirigente del Partido Democrático georgiano, confirmó telefónicamente a EL PAÍS los sucesos en Chiatura y dijo que la situación ahora estaba "bajo control". Ni la Prensa local ni la central han informado sobre los sucesos.

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