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UNA NUEVA EUROPA

Hungría acusa al Gobierno de Bucarest de connivencia

ENVIADO ESPECIALEl Gobierno húngaro acusó ayer a las autoridades de Bucarest de pasividad y connivencia con las agresiones; de rumanos contra miembros de la minoría húngara en la ciudad rumana de Tirgu Mures, que costaron al menos seis muertos y centenares de heridos. Budapest rechazó ayer toda posibilidad de conversaciones con el Gobierno rumano, "mientras no garantice el orden legal" y "establezca condiciones civilizadas".

El durísimo comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Budapest supone una nueva escalada del conflicto bilateral entre Hungría y Rumania. El Gobierno húngaro acusa al ejército y a la policía rumanos de "observar sin intervenir el pogromo sangriento e incitar así indirectamente a las fuerzas extremistas rumanas".

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Budapest protesta asimismo porque pese a sus insistencias ante las autoridades rumanas éstas no han hecho frente a Ias declaraciones instigadoras" del Partido Nacional Campesino (PNC) rumano hechas en televisión el día 20. En este comunicado del PNC se acusaba a la minoría húngara de extremismo separatista.

Los sucesos de Transilvania han marcado profundamente la fase final de la campaña ante las primeras elecciones libres, que se celebrarán el domingo en Hungría. Once partidos políticos que concurren a los comicios; emitieron ayer un comunicado conjunto en el que condenan Ios brutales ataques contra los húngaros de Transilvania", que hacen emerger "el riesgo de una nueva dictadura en Rumanía" y podrían impedir 'la entrada de este país "en la nueva Europa libre y democrática".

El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Gyula Horn, candidato por el Partido Socialista, reveló ayer en Budapest que los nacionalistas radicales rumanos agredieron también a miembros de las comunidades judía y gitana.

En Hungría, la oleada de indignación por los sucesos de Transilvania podría tener un profundo efecto sobre el comportamiento del electorado. El Foro Democrático (MDF), que va en cabeza según indican todos los sondeos, podría beneficiarse de una radicalización del espíritu nacionalismo siempre latente en la sociedad húngara y conseguir una ventaja aún mayor de la prevista sobre la Alianza de Demócratas Libres (SzDSz).

Este partido, partidario de una reforma radical hacia la economía de mercado, pero mucho más sobrio que el MDF en el tratamiento de los problemas de la minoría húngara en Transilvania, ha cedido ya considerable terreno al Foro, según sondeos sobre la intención de voto.

El ex comunista Partido Socialista Húngaro -que lideran los principales artífices de la transición pacífica, el ministro de Estado, lmre Pozsgay; el primer ministro, Miklos Nemeth; el ministro de Asuntos Exteriores, Gyula Horn, y el jefe del Estado, Matyas Szuros- podría alcanzar entre un 67. y un 12%, según los últimos sondeos. "Sería un gran éxito conseguir el 16%. o el 17%", manifestó el jefe de su campaña electoral, Josef Meruk.

Ese fue el resultado que logró el pasado domingo en la República Democrática Alemana el Partido por el Socialismo Democrático (PDS), heredero también del extinto partido comunista.

Parece muy improbable que supere el 4% requerido para la presencia parlamentaria el Partido Socialista Obrero Húngaro, organización comunista liderada por aquellos comunistas que se negaron a aceptar la autodisolución en el congreso del pasado año.

El día 8 de abril se celebrará la segunda vuelta de las elecciones, en la que se establecerán los vencedores de aquellos escaños de elección directa en que los candidatos no logren una mayoría en la primera vuelta.

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