Chaves: "El Banco de España no es el Gobierno"
El titular de Trabajo considera que "los sindicatos siguen estando en desacuerdo con la política económica, pero ahora la respetan"
El jueves pasado se cerró, en la fecha prevista, la primera fase de la concertación social que incluía los puntos con repercusión en los Presupuestos Generales de 1990. El balance que de ella hace el ministro de Trabajo es positivo, en calidad y en cantidad. Considera que, de los cuatro bloques temarios, el número de acuerdos -nueve- es abrumador sobre el número de desacuerdos, dos de ellos de entidad, y que son el salario social y la actualización del sueldo de los funcionarios.Para Manuel Chaves, "este proceso ha tenido un efecto importante, y es que se ha producido un cambio radical en las relaciones del Gobierno y los sindicatos. Han entrado en la vía de la normalización, que lógicamente habrá que consolidar en la segunda fase de la concertación".
Pregunta. ¿Va a haber una firma formal de la primera fase en la Moncloa?
Respuesta. No hemos hablado todavía de este tema, pero, si me pregunta mi opinión personal, es que debería haber un cierre formal que fuera el punto de partida que estableciera los puntos a tratar en la segunda fase de la negociación. ¿Cómo será? Hay que hablarlo con los sindicatos.
Relaciones con UGT
P. Ha dicho que el diálogo ha servido para cambiar las relaciones con los sindicatos. ¿Cómo van a ser las relaciones futuras del PSOE con UGT?
R. Se ha pasado de una situación de confrontación, en la cual yo creo que incluso los sindicatos se llegaron a plantear la derrota del Gobierno después del 14 de diciembre, a una situación totalmente distinta. Tanto las elecciones legislativas como las europeas volvieron a colocar las cosas en su sitio, puesto que vinieron a confirmar la legitimidad democrática del Gobierno y a respaldar mayoritariamente una política económica y social.
Los sindicatos en estos momentos estarán en desacuerdo con la política económica, pero la respetan. Ya no se plantean cambiarla, y se ha demostrado que es compatible con un proceso de diálogo social que ha dado como resultado pactos importantes. Las centrales tenían que demostrar que la unidad de acción podía dar como resultado la negociación de acuerdos. Dicho de una manera más simple: la unidad de acción no solamente fue válida para confrontar, es válida también para alcanzar acuerdos con el Gobierno.
Respecto a UGT, yo creo que la unidad con CC OO ha cambiado totalmente sus relaciones con el Gobierno, y no digo que sea mejor ni peor. Lo importante es que, sabiendo que esas relaciones no van a ser como eran antes -siempre estaban bajo la sospecha de que la UGT era la correa de transmisión del partido socialista-, se marcha hacia una mayor autonomía y se abandona el modelo socialdemócrata de relaciones del sindicato y el partido. Lo que hay que buscar es que sean relaciones de entendimiento y, por tanto, normales.
P. Después de tantos meses de confrontación es extraño que el Gobierno haya facilitado a UGT un congreso tranquilo.
R. No creo que esa sea una lectura que el Gobierno haya tenido en cuenta a la hora de llegar a acuerdos con los sindicatos. Las razones por las cuales se ha producido el diálogo social son totalmente distintas. Pero es verdad que como un aspecto secundario se puede considerar que la posición de la dirección de la UGT en el congreso es más fácil, pudiendo demostrar que la unidad de acción también puede ser instrumentada en el campo de la coneertación.
P. ¿Le ha soprendido la posición de CC OO en las mesas de coneertación?
R. Comisiones, por primera vez, ha llegado a acuerdos con un Gobierno socialista, y quizás no se ha valorado suficientemente. Yo no creo que le faltara voluntad negociadora, pero si se hubiera negado a firmar pactos, y lo planteo como una hipótesis hubiera dado al traste con la unidad de acción.
P. ¿Los acuerdos se habrían producido si el Gobierno no hubiera tenido otros frentes de con frontación abiertos?
R. Un Gobierno socialista no puede tener permanentemente abierto el flanco sindical. La vo luntad negociadora del Gobierno no ha cambiado desde hace varios años, lo que pasa es que sí está dando resultados ahora.
P. A finales del año pasado hubo unas declaraciones muy claras, tanto del ministro de Economía como del Banco de España, en el sentido de que no era necesario un pacto social para asegurar el programa económico que se iba a elaborar en aquel momento. Y de alguna manera parece que el Gobierno sí ha dado marcha atrás en esa idea.
R. Esa era la opinión del Banco de España, no del Gobierno, y mucho menos de su presidente. Lo que sí resulta evidente es que en este proceso de diálogo no se puede hablar de un pacto social global, que nosotros considerábamos necesario y al cual queríamos llegar. La metodología y el contenido es totalmente distinto, y estamos tratando temas puntuales, que pueden tener su incidencia económica y social y que van a facilitar la ejecución de la política económica y a favorecer la pacificación del clima social. Esas son las grandes contrapartidas que el Gobierno va a obtener en este proceso, y eso ya de por sí es importante.
P. Al Banco de España no le gustaba el pacto global ni lo que se está firmando, y sus máximos responsables afirman en privado que se tendrá que dar marcha atrás en temas como las pensiones, que subirán en esta legislatura tomando como referencia la inflación pasada, por su efecto en la indiciación de la economía. ¿Se va a dar marcha atrás?
R. En absoluto. El Banco de España no es el Gobierno. Los acuerdos con los sindicatos siguen adelante.
P. Dentro del propio Gobierno, y una vez que se llegue a la segunda fase de negociación puede suceder que Economía quiera recuperar su protagonismo como director único y exclusivo de la política económica.
R. En este proceso de diálogo, si ha habido un protagonista ha sido el presidente del Gobierno, que ha estado impulsando el proceso y ha estado haciendo un seguimiento muy directo e inme diato. En un segundo nivel ha habido un equipo del Gobierno negociando, y es lógico que en las distintas mesas se haya podido acentuar el protagonismo de un ministro u otro en función de las competencias que estaban encima de la mesa. Por tanto, no creo que nadie utilice el proceso de negociación en función de intereses políticos personales, como por algún lado se ha podido insinuar.
P. ¿Qué persigue el debate que ha abierto Manu Escudero sobre la política económica?
R. En el contexto del debate del Programa 2.000 es lógico que se produzcan posiciones diferentes sobre determinadas políticas que sigue el Gobierno. Quizás el momento en que se han hecho esas declaraciones no sea oportuno porque se prestan a interpretaciones que no correspondan a las intenciones del coordinador del Programa 2.000.
P. ¿Es una iniciativa personal o de la dirección del partido?
R. Estoy convencido de que es una iniciativa puramente personal para avivar el debate sobre la situación actual.
Balance de gestión
P. Tengo la impresión de que ha logrado más en estos dos meses que en los cuatro años anteriores como ministro de Trabajo.
R. No, lo que ocurre es que en los últimos dos meses hemos salido más en la Prensa que durante los cuatro años anteriores. Es importante haber pacificado las relaciones con los sindicatos, y me siento satisfecho de haber aportado mi grano de arena. Si en algún momento tengo que recordar mi gestión en este cargo, no sólo recordaré este proceso de negociación, sino también una importante creación de empleo neto; la reducción del paro; la aprobación de la ley de pensiones no contributivas y de protección familiar; la ley de ampliación del período por maternidad, la de cooperativas, y la de infracciones y sanciones en el orden social.
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