Un elefante y una mosca
Caro Baroja cree que ha habido momentos diferentes en el proceso de falseamiento de la historia utilizada para desacreditar al otro o por la necesidad de la autoestima. "Las nacionalidades renacentistas, como las de Inglaterra, España, Francia, y aun las de países que no tenían organización política como nación, como Italia o Alemania, han tenido una tendencia a mirarse a sí mismos, algunas veces con razones sobradas y en otras ocasiones con el único fin de denigrar al enemigo político y religioso. En España hay una cantidad enorme de textos en los que se presenta a los protestantes, a los herejes y a los enemigos de la monarquía, con un carácter de folletín malo. Nadie va a creer que un país es sistemáticamente bueno o malo".
Miedo y azar
El historiador considera que la falsificación puede producirse porque quien domina la historia es el azar. "Sí, es el miedo a la libertad. Yo creo que esa especie de teorías voluntaristas o deterministas, o las antiguas providencialistas, que aseguraban que todo está en manos de Dios, eso es una cosa que uno la puede creer..., pero cuando se hace un análisis científico de la historia como un reflejo de la evolución natural y de una línea que va de lo más imperfecto a lo más perfeccionado, pues también falla. Esa idea de la perfección o la imperfección, ya en el mundo orgánico, al hombre moderno le deja un poco perplejo. Si hay un escala evolutiva, ¿por qué es más interesante un elefante que una mosca, que en sí es una maravilla ya? Pues no sé". "¿Por qué los animales del período secundario, desde ese punto de vista, tenían que ser menos perfectos que los del cuaternario...?. Pues ésa fue la fe del siglo XIX. Si llevamos seis millones de años de evolución natural y los que sean de evolución humana, pues nos encontramos con que hay cosas que nos parecen miserables, degeneradas, crímenes de nuevo cuño como la droga; lo único que cabe es atenerse a la experiencia".
Babelia
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