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Una parte de los sueldos de los diputados al Congreso y autonómicos no cotiza a Hacienda

Los diputados de varios Parlamentos autónomos y del Congreso de los Diputados no pagan a Hacienda por la totalidad del sueldo que perciben. Los conceptos de dietas o de indemnizaciones sirven para ocultar en realidad una parte del sueldo, eludiendo así el pago del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). Expertos fiscales y diputados consultados por este diario admiten que se trata de una situación irregular, sólo explicable por el deseo de los Parlamentos de mejorar la remuneración de sus diputados sin que se dispare el presupuesto, lo que siempre resulta impopular.

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"Unos pequeños vicios"

El Parlamento de Cataluña no declara al fisco buena parte del sueldo mensual de sus diputados desde 1986. En 1988 era casi el 40% del salario el que no pagaba el IRPF. La nueva Mesa de la Cámara, constituida tras las elecciones autonómicas de abril de 19818, puso en marcha un plan para hacer aflorar en un plazo de cuatro años la totalidad de las retribuciones que perciben los diputados, consciente la presidencia del Parlament de la irregularidad que se estaba cometiendo.En el Parlamente valenciano los complementos por residir fuera de la capital están consignados en una partida presupuestarla por la que no existe la obligación de declarar a Hacienda, pese a tratarse de un complemento fijo. Lo mismo ocurre en la Cámara vasca, donde más del 30% del salario de sus diputados consta como dietas y locomoción, libres de impuestos pese a que independientemente_de si el parlamentario acude o no a la sede del parlamento, en Vitoria. E1 Congreso de los Diputados paga también una cantidad fija a los diputados que residen fuera de Madrid, exenta asimismo del IRPF. La fórmula que utiliza el Parlamente, gallego es la siguiente: los diputados cobran 1.20.000 pesetas como sueldo y 115.000 pesetas como indemnización, libre de impuestos, informa Xosé Hermida.

Complemento de sueldo

Expertos fiscales consultados por este diario sostienen que se trata, en realidad, de un complemento del sueldo emboscado come, dietas o gastos de representación. Para que estén exentas del IRPF esas dietas deberían justificarse, no podrían superar los 180 días e1 año ni una cantidad global, pero, sobre todo no podrían traducirse en una cantidad fija y periódica.Una parte del sueldo de lo 135 diputados autonómicos catalanes -en 1989, unas 280.000 pesetas limpias al mes quien reside en el área metropolitana de Barcelona, y unas 40..000 más quien habita fuera de ese territorio; todo ello por 14 pagas- aparece consignado como "indemnizaciones a los diputados por el ejercicio de su función", incluidas en el capítulo segundo del presupuesto de la Cámara junto a gastos como vestuario, transportes, seguros o convenio con la Renfe. Los gastos de ese capítulo no pagan a Hacienda.

Bajo ese concepto presupuestario de "indemnizaciones a..." se recoge también la asignación del Parlament a aquellos diputados que por ocupar otro cargo público -alcaldes, consellers, directores generales, senadores, etcétera- han optado por cobrar el salario de este segundo empleo, pero que tienen derecho a una parte del de diputado: entre 100.000 y 150.000 pesetas al mes en 1989. Tampoco por estos ingresos han cotizado los diputados-altos cargos a Hacienda.

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En el presupuesto de 1988 se destinaban 372,4 millones de pesetas (sujetos al pago de la renta) a asignaciones de diputados y 217,5 millones (libres de impuestos) a indemnizaciones. En 1989 las cantidades fueron 465 millones para sueldos y 180 millones para indemnizaciones. La comisión parlamentaria encargada de elaborar el presupuesto de la Cámara había empezado a aplicar en ese ejercicio la recomendación de la Mesa de traspasar cada año el 25% de la cantidad oculta al fisco a la partida de salario, hasta la total liquidación de aquélla. En 19,90 se aflorará otro 25% y así hasta 1992.

El presidente del Parlament, el democristiano Joaquim Xicoy, aconsejó ese plazo de cuatro años para no perjudicar las percepciones líquidas de los diputados, que hubieran sufrido un fuerte quebranto si se hubiera declarado de golpe como salario toda la cantidad que perciben. En 1988 eran unas 100.000 pesetas mensuales las que, como indemnización, no se declaraban a Hacienda. En 1989 esa cantidad se redujo a 75.000, siempre considerando el caso del diputado que reside en Barcelona y no tiene otro empleo incompatible.

El origen de esta irregularidad -como tal la admiten los -diputados consultados por este diario- se encuentra en un importante incremento salarial que se concedió a los diputados en 1986. Como el Parlament no disponía de dinero suficiente para fijar el sueldo en las cantidades líquidas deseadas, se optó por canalizar una parte del aumento por esa partida libre de impuestos. Si en 1985 las asignaciones ascendían a 345,8 millones de pesetas, y las "indemnizaciones" a 32 millones, al año siguiente esa segunda partida se disparó hasta 100 millones, mientras las asignaciones crecían a 376 millones. La partida salarial oculta alcanzó su apogeo en 1988: 217,4 millones de pesetas, mientras que el salario oficial incluso disminuyó: 372,4 millones.

Las cámaras aprueban sus presupuestos en secreto

Los presupuestos del Parlamente, de Cataluña han sido aprobados siempre sin ningún voto en contra, tanto en la comisión del Estatuto del Diputado como en el pleno, por lo que la responsabilidad de ocultar parte de los salarios al fisco debe ser asumida por todos, admitieron fuentes parlamentarias de la oposición Las cantidades, destinadas a sueldos o a subvención de grupos parlamentarios acostumbran a ser materia reservada en los parlamentos. Las sesiones destinadas a discutir y votar los presupuestos internos de las cámaras se celebran a puerta cerrada.En la Comunidad Valenciana los diputados cobran una asignación de 160.000 pesetas al mes, más un plus por la distancia entre su lugar de residencia y la capital, sede de la Cámara, que oscila entre 25.000 y 75.000 pesetas al mes. Estas últimas cantidades aparecen consignadas en el capítulo segundo del presupuesto, como si se tratase de dietas, informa Adolf Beltrán. Sin embargo, dado su carácter de asignación fija y periódica (no se limita a los meses en que se reúne la Cámara ni depende de la asistencia real a las sesiones parlamentarias) deberían consignarse en el capítulo primero, sujetas por tanto a los descuentos por IRPF.En el País Vasco los diputados cobran un salario de 3,4 millones de pesetas brutas al año, pero en el capítulo segundo del presupuesto de su parlamento se consignan 137 millones de pesetas más en concepto de dietas y gastos de locomoción, que se distribuyen entre los diputados en función de la provincia en que residen. Se trata siempre de una cantidad periódica y fija, y por la misma no se pagan impuestos, informa Pedro Gorospe.

Sólo las, cámaras del País Vasco, Cataluña, Valencia y Galicia pagan un sueldo fijo a sus parlamentarios, además del Congreso y del Senado. En los demás casos se pagan dietas por asistencia. Los parlamentos destinan además una cantidad variable para subvencionar a los grupos. Uno de los expertos fiscales consultados asegura que también debería cotizar a Hacienda la parte de estas subvenciones que a veces termina en el bolsillo de los diputados como un sobresueldo o una prima destinada a quienes dedican más horas a las tareas parlamentarias. Esta distribución del dinero de los grupos entre los diputados que lo integran no es un caso generalizable, pero sí se da entre los grupos mixtos de varios parlamentos autonómicos y en los de algunos partidos.

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