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"Unos pequeños vicios"

Los diputados autonómicos catalanes argumentan que la práctica de no declarar al fisco una parte de los salarios de los diputados la llevó a cabo también el Congreso de los Diputados durante los primeros años de la democracia, cuando los salarios de los parlamentarios eran muy bajos.Esta situación se regularizó en parte cuando ocupó la presidencia del Congreso el socialista Gregorio PecesBarba, tras las elecciones de 1982. Peces-Barba declaró ayer a este diario que cuando tomó posesión de la presidencia se suprimieron "unos pequeños vicios" que consistían precisamente en que una parte del salario de los diputados disfrutara de "execciones fiscales". Coincidiendo con esta regularización se incrementaron sustancialmente las retribuciones de los parlamentarios.

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Una parte de los sueldos de los diputados al Congreso y autonómicos no cotiza a Hacienda

El expresidente del Congreso, hoy rector de la Universidad Carlos III de Madrid, recuerda que en aquel momento se pensó también en pasar al capítulo primero de los presupuestos las cantidades destinadas a compensar a los diputados residentes fuera de Madrid: "Recuerdo que se discutió mucho pero al final no se hizo". También se estudió la posibilidad de que las dietas se pagaran en función del grado de asistencia real de los parlamentario y no una cantidad fija, "pero administrativamente resultaba muy complicado, era muy difícil supervisar la asistencia e incluso podría dar lugar a una cierta corrupción. En aquel tiempo la dieta fija era una cantidad pequeña: oscilaba entre 40.000 y 80.000 pesetas, según creo recordar", agregó Peces-Barba.

Como ocurre con algunos parlamentos autonómicos, la cantidad adicional que el Congreso paga a los diputados que residen fuera de Madrid se cobra de forma fija y periódica, independientemente de si el diputado acude o no al Congreso. La explicación oficial es que resultaría poco rentable disponer de un equipo de funcionarios que controlasen las asistencias de los diputados.

El sueldo de un diputado

Un diputado al Congreso por la provincia de Barcelona, por ejemplo, recibió de los servicios administrativos de la Cámara un documento para confeccionar la declaración de la renta de 1988, donde se consignaban unos ingresos líquidos de 4.128.432 pesetas y unas retenciones a cuenta de 949.536. En realidad, este diputado había cobrado 5.488.896 pesetas netas durante ese año, según él mismo reconoció a este diario. La diferencia -1.360.464 pesetas brutas- no se declaró a Hacienda.

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Ese mismo diputado, que prefirió que su nombre permaneciera en el anonimato, admitió que "si en lugar de ser diputado, fuera un profesional liberal o un industrial, estoy convencido de que Hacienda me reclamaría esas cantidades no declaradas".

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