Los mineros rumanos se retiran de Bucarest sin 'vengar' al Gobierno provisional
ENVIADO ESPECIALLos miles de mineros llegados a Bucarest en la noche del lunes para proteger al Gobierno del Frente de Salvación Nacional y vengar el asalto a la sede gubernamental el domingo retornaron ayer a sus localidades de origen sin organizar el temido pogromo contra los partidos de la oposición.
Las autoridades anunciaron nuevas leyes urgentes para "proteger los organismos del Estado, instituciones públicas, sedes de los partidos, la tranquilidad de los ciudadanos y el orden", en un intento de recobrar la autoridad perdida al serle impuesta por el Ejército la dimisión del ministro de Defensa y sufrir días después el asalto al edificio oficial en la plaza de la Victoria.
En lo que parece un intento de lograr cierta conciliación con sus adversarios y un período de tranquilidad para restablecer una mínima estabilidad del Ejecutivo y del país, el Consejo Provisional de Unidad Nacional (CPUN) anunció "información verídica para la opinión pública sobre la situación de las formaciones represivas de la estructura de la antigua Securitate a nivel central y territorial". La convicción de gran parte de la población de que la temida Securitate sigue funcionando prácticamente intacta tras la caída del dictador Nicolae Ceaucescu es uno de los principales motores de movilización contra el Frente.Noche de temor
Después de una larga noche de tensión que algunos militantes de los partidos Nacional Liberal y Nacional Campesino pasaron en sus sedes protegidos por fuerzas militares y bajo el temor de un inminente asalto por los mineros, Bucarest amaneció ayer en calma y bajo un general alivio por la noticia de que los mineros habían abandonado la ciudad en los trenes especiales en que habían llegado.
No obstante, en una turbulenta reunión con el CPUN, los líderes mineros, férreos defensores en la actualidad del FSN, advirtieron que volverán a la capital si "Bucarest no deja de manifestarse y no se pone a trabajar", y amenazaron con nuevas represalias violentas contra la oposición si ésta no cesa de hostigar al presidente Ion lliescu.
Algunas de las frases coreadas por los mineros, como "abajo los intelectuales" y "nosotros no pensamos, nosotros trabajamos", así como otras hostiles a los "extranjeros y emigrantes", dan idea del ambiente que se respiraba a primera hora de la madrugada de ayer en el acto de desagravio ante la asaltada sede gubernamental.
El presidente aseguró a los mineros que el Ejército protegería a las autoridades de cualquier eventual peligro y que por tanto ellos podían regresar a sus puestos de trabajo. Ayer, el nuevo ministro de Defensa, Victor Stanculesco, declaró que todos los distritos militares habían expresado su apoyo a su nombramiento como sucesor de Militaru, que dimitió bajo la presión de fuerzas del Ejército de Tierra y Aire.
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