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Iliescu anuncia medidas contra los agitadores rumanos

El presidente rumano, Ion Iliescu, amenazó ayer con "severas penas" a aquellos que "transgredan las leyes y agiten contra los intereses nacionales" en su primera reacción al violento asalto de la sede gubernamental el domingo por manifestantes opuestos al Frente de Salvación Nacional (FSN), que Iliescu preside. Mientras éste declaraba que los instigadores del asalto serán descubiertos y castigados, otros miembros del FSN, -como Silviu Brucan, acusaban al Partido Nacional Campesino, principal fuerza de la oposición, de estar tras la violenta acción.

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Los dirigentes y las sedes de la oposición fueron ya ayer objeto de masivas amenazas y se produjo de nuevo, como el pasado 30 de enero, una escalada del peligro de enfrentamiento civil. A primeras horas de la noche de ayer cursaban la ciudad informaciones sobre la inminente llegada de transportes' especiales de obreros y mineros para manifestarse a favor del Gobierno y de lliescu y en contra de los vándalos que asaltaron el edificio.Los partidos de la oposición, a su cabeza el Nacional Campesino 31 el Nacional Liberal, discutieron ayer la forma de salir al paso de los intentos de implicarlos en el ataque de la plaza de la Victoria. No obstante, dada la crispación existente, sus declaraciones de inocencia tienen escasas posibilidades de desmovilizar a los seguidores del FSN Los ancianos líderes del partido fueron evacuados de sus sedes en previsión de ataques de seguidores del Frente. Iliescu calificó las protestas y el asalto a la sede gubernamental de "acciones contrarrevolucionarias" en una alocución radiada repetidamente durante todo el día. Las autoridades confirmaron que en torno a las 150 personas habían sido detenidas dentro del edificio al ser tomado éste por fuerzas del Ejército. 15 soldados resultaron heridos, así como un número indeterminado de manifestantes.

Rumores alarmistas

No se confirmó la noticia de la muerte de dos soldados que, como muchos otros rumores alarmistas, se extendió por Bucarest a última hora de la noche del domingo. Las sedes de la oposición fueron ayer rodeadas por soldados con equipo de combate y tanquetas. Estos edificios habían sido tomados violentamente el 30 de enero por militantes del FSN en represalia por una manifestación contra el Gobierno provisional y el presidente Iliescu.

Diversas medidas, como el despliegue masivo de fuerzas militares en diversos puntos de la ciudad, sugerían ayer que el Gobierno está decidido a una demostración de fuerza para frenar su continua pérdida de autoridad. Frente a la sede asaltada donde comenzaron las tareas para reparar los graves daños en puertas, ventanas y mobiliario interior, 16 carros blindados y centenares de soldados en dos cordones de seguridad habían tomado una gran área de la plaza.

La zona urbana en torno al Parlamento, donde se encuentra ahora el Gobierno, se hallaba ayer cerrada en todos los accesos por tropas con las bayonetas caladas en sus fusiles kalashnikov. Pese a la ingente presencia militar en la plaza de la Victoria, durante todo el día de ayer se reunieron allí centenares de personas en discusiones acaloradas.

Miembros de la Liga de Estudiantes manifestaron ayer su convicción de que los grupos de jóvenes con aspecto marginal que iniciaron la demolición de puertas y ventanas de la sede del Gobierno y amenazaron después al viceprimerministro que se hallaba en el interior, Gelu Voican eran provocadores instigados por la Securitate y el poder establecido.

Agentes

La línea dura del FSN, como el ex jefe de Relaciones Internacionales, Silviu Brucan, señalan por su parte que eran agentes de los partidos tradicionales, pese a que éstos se habían distanciado explícitamente de la manifestación del domingo.

lliescu pidió ayer a los mineros del valle de Jiu y a "otros gremios" que, según dijo, habían expresado su intención de acudir a Bucarest para vengar el asalto de la sede del FSN, que desistieran de ello. No obstante, el llamamiento no parecía haber tenido efecto dadas las noticias de trenes especiales con miles de mineros que acudían a última hora de la noche en dirección a Bucarest.

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