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Reportaje:

Desarme sin acuerdos

La economía y la política llevan a la reducción del Ejército Rojo en Europa del Este

Andrés Ortega

Las negociaciones de Viena sobre fuerzas convencionales en Europa (CFE) van por detrás de la realidad del desarme. La URS S y sus aliados ya han dado importantes pasos unilaterales en este sentido, que se verán completados en las próximas semanas y meses después por otras medidas de reducción de efectivos militares, independientemente de la marcha de las negociaciones en Viena. De hecho, las últimas propuestas norteamericanas sobre: la retirada de efectivos de EE UU y de la URSS de Europa central estaban destinadas a acercar lo que ocurre en la mesa de negociaciones a la realidad de un desarme sin acuerdos, Propiciado principalmente por la necesidad de reducir los gastos militares.

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Ya el 7 de diciembre de 1988, desde la tribuna de la ONU, el máximo dirigente soviético anunció una reducción de 500.000 hombres en las fuerzas de la URS S, de los cuales 50.000 hombres y 5.300 tanques de los efectivos estacionados en los otros países del Pacto de Varsovia, que quedaría completado en 199 1. Esta retirada parcial afecta a cuatro divisiones de carros de combate del sector occidental del Pacto de Varsovia (territorio de la República Democrática Alemana), una división del sector central (Checoslovaquia) y otra del meridional (Flungría), además de otras pequeñas reducciones del grupo del sector septentrional (Polonia).El 1 de junio de 1989, la agencia soviética Tass indicó que se habían retirado 9.000 hombres de la República Democrática Alemana (RDA), Polonia y Hungría, con 2.100 carros de combate y 300 piezas de artillería. Según Jeffrey Simon, investigador principal del Centro para el Desarrollo de Conceptos de Movilización de la Universidad Nacional de Defensa de Washington, a principios de 1990 ya se había completado buena parte de esta retirada parcial., a falta principalmente de la salida de otras dos divisiones de la RDA. Cada división soviética cuenta con 10.500 u 11.000 hombres, según Simon, frente a 20.000 hombres para las divisiones de la OTAN. Además, según indican fuentes militares occidentales, la reducción de gastos militares planteada por Gorbachov va a plasmarse en que de las; divisiones de infantería soviéticas se va a suprimir el regimiento de carros de combate, y además se está estudiando reducir el servivicio militar en seis meses.

La URSS disponía de unos 560.000 hombres (Ejército de Tierra) en Europa del Este, de los cuales 380.000 estaban en la RDA. El acuerdo de Ottawa supondrá una reducción de la presencia militar soviética en territorio de sus países aliados a 195.000 hombres. Pero la retirada ha comenzado ya, sin esperar a los acuerdos.

Las revoluciones del otoño de 1989 en Europa del Este han acelerado este proceso. Hungría y Checoslovaquia (aunque no Polonia) han pedido que las tropas soviéticas se retiren este mismo año. El Gobierno de Hungría, país donde se encuentran 68.000 soldados soviéticos (según cifras proporcionadas por Jeffrey Simon), espera lograr un acuerdo en el plazo de un mes sobre la retirada de todas las tropas soviéticas, según anunció el pasado jueves el rninistro de Asuntos Exteriores húngaro, Ferenc Sornogyi. Por otra. parte, las tropas soviéticas en Checoslovaquia (70.000 hombres, según Simon) comenzarán a abandonar el país el próximo 26 de febrero, y una parte sustancial de los efectivos soviéticos se habrán retirado para el 31 de mayo, según anunció el pasado viernes el diario Prace. Como se ha dicho, "un día para entrar [en 1968], y un año para salir [en 1990]".

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El coste de una presencia

Un problema que se plantea, según Simon, es el futuro de las fuerzas soviéticas que permanezcan, si permanecen, en Alemania Oriental tras la reunificación. Pues hasta ahora sus gastos estaban en buena parte sufragados por la RDA. ¿Pagará también la Alemania unida estos costes? El tema lo planteó hace unos días en Ottawa, en la reunión de Cielos Abiertos, el jefe de la diplomacia soviética, Edvard Shevardnadze a su homólogo de la RFA, Hans-Dietrich Genscher. En Bonn, según fuentes alemanas, se está estudiando la cuestión.

No sólo es la URSS, en el antes llamado Este, el país que procede a reducciones unilaterales. Los demás países, acuciados por problemas económicos, también estaban en proceso de reducción incluso antes de las revoluciones y cambios, y esta tendencia se ha reforzado tras los sucesos del otoño.

Hungría, según Simon, contaba con unas fuerzas armadas de 106.000 hombres a finales de 1988. Por razones presupuestarias ya había anunciado antes de la revolución que este total quedaría reducido a 91.000 para 1991. Según The Military Balance ya se ha producido una reducción de 2.300 hombres, 251 carros, 430 piezas de artillería y morteros, seis lanzadores de misiles tierra-tierra y nueve aviones de defensa aérea. Tras la revolución, el nuevo Gobierno provisional anunció el 1 de diciembre que el total se reduciría a 63.000 o 75.000 hombres para 1990.

Hungría, indica Simon, además, ha redesplegado sus unidades mejor preparadas de la frontera austro-húngara al centro del país y a la frontera con Rumanía, según se anunció en el reciente seminario sobre doctrinas militares en Viena.

Polonia, de acuerdo con estos datos, disponía de 402.000 hombres en sus fuerzas armadas en 1988. En junio de 1989 el Gobierno ya había anunciado la retirada de dos divisiones y recortes de 15.000 hombres, además de la destrucción de parte del material viejo. Anunció la reducción del total a 347.000 para finales de 1990, cifra que tras los últimos cambios políticos, según Jeffrey Simon, se ha revisado a la baja 302000

Incertidumbres alemanas

En Checoslovaquia, si en 1988 el Ejército contaba con 200.000, la reducción anunciada bajaría este total a 160.000, según Simon. La última edición de The Military Balance (Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, Londres) indicaba por su parte unas reducciones anunciadas de 12.000 hombres de unidades de combate (aunque entrarían 20.000 nuevos para unidades de construcción), 850 carros y 51 aviones de combate. Según Simon, el nuevo Gobierno en Praga anunciará en el verano una reducción hasta un total de unos 120.000 hombres.

Lo que ocurra con el Ejército de la RDA es aún una completa incertidumbre. Pero incluso antes de la caída del muro, Berlín oriental ya había anunciado a finales de 1988 reducciones unilaterales de 10.000 hombres (de un total de 175.000 en el ejército regular, y 48.000 en la guardia territorial), la conversión para usos civiles de 600 carros de combate y la cancelación de 50 cazas encargados.

Bulgaria no escapa a la tendencia general. Sofía anunció antes de los cambios reducciones de 10.000 hombres, 200 carros de combate, 200 piezas de artillería, 20 aviones y cinco unidades navales no especificadas, según The Military Balance, y es probable que estos pasos se amplíen. Rumanía había afirmado en 1987, antes de la caída de Ceaucescu, la retirada de 10.000 hombres, 250 carros de combate, 130 piezas de artillería y 26 aviones de combate, además de, como en otros países del Pacto de Varsovia, los viejos aviones MIG-17 FGA. En las fuerzas que quedan, estos países y la URSS también han experimentado modernización de su material.

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