_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Como es debido

EL PRESIDENTE de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, ha lanzado desde Estados Unidos, adonde ha viajado la pasada semana, dos mensajes oportunos: una solemne marcha atrás en el desgraciado episodio de la autodeterminación y un apoyo claro a los Juegos Olímpicos de Barcelona, sobre los que más bien había venido sembrando dudas en los últimos tiempos.Pujol ha echado un jarro de agua fría a la minoría independentista, que confiaba en sujetarle al carro de su aventurerismo después de que los diputados de Convergència apoyaran la polémica moción sobre el derecho a la autodeterminación. "En Cataluña, autodeterminación no significa independencia", sentenció Pujol en EE UU.

El viaje en sí ha resultado interesante: la audiencia con el presidente Bush es algo muy positivo -por más que la opinión esté aún a la espera de explicaciones sobre el recurso a un lobby para obtenerla- y otro tanto puede decirse de las entrevistas con el secretario de Comercio y con el secretario general de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar. El doble objetivo de proyectar la imagen de la España autonómica, plural y activa, y de impregnar directamente al mundo económico propio de las tendencias y expectativas económicas estadounidenses parece haberse logrado. Y lo que es mejor, se ha despejado ya toda duda y crispación sobre este tipo de iniciativas en la acción exterior: el presidente catalán no ha cometido ningún desliz diplomático ni dialéctico (siempre acompañado del embajador) y el servicio exterior de España ha coordinado lo que debía coordinar.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_