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La Unesco lanza la Declaración de Asuán para la reconstrucción de la Biblioteca de Alejandría

La reina Sofía, Mitterrand y Mubarak firman en Egipto un documento en favor de la solidaridad cultural

Juan Cruz

La reconstrucción de la Biblioteca de Alejandría podría estar terminada en 1995 si las entidades públicas y privadas de todo el mundo atienden con prontitud el llamamiento que hoy harán en Asuán jefes de Estado, representantes de casas reales -entre ellos la Reina de España- e intelectuales vinculados a la Unesco. Todos ellos firmarán en Asuán una declaración que tiene como objetivo dotar a Alejandría, la ciudad mediterránea del norte de Egipto, de la biblioteca que construyó allí en el año 331 antes de Cristo Alejandro de Macedonia, que desapareció en el siglo VI. El pasado septiembre, una comisión internacional designada por la Unesco, de acuerdo con la Federación Internacional de Arquitectos, dio el visto bueno a un proyecto para esa reconstrucción.

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Los firmantes de la Declaración de Asuán conocerán hoy todos los detalles de la idea de la reconstrucción de la Biblioteca de Alejandría, que fue lanzada en 1976 en la universidad de Alejandría. La Unesco la hizo suya 10 años más tarde, y desde entonces no ha cesado en su objetivo de llevarla a cabo. El proyecto del que partirá esa reconstrucción fue aprobado en septiembre del pasado año y fue elegido entre cerca de un millar de propuestas arquitectónicas. Los autores del proyecto son cinco arquitectos que trabajan en la firma noruega Snohetta. La media de edad de todos ellos es de 30 años. El equipo está formado por un austriaco, un norteamericano y tres noruegos.El trabajo que presentaron es "un proyecto moderno y sensible capaz de entender el lugar y de ofrecer una nueva dimensión a la idea general de lo que ha de ser una biblioteca, que acabe con el aire de prisión que tienen estos lugares de almacenamiento del saber escrito". Como ellos mismos dicen, no se trata de reconstruir la vieja Biblioteca de Alejandría, que fue centro intelectual de esta zona del Mediterráneo, porque de ella no queda nada, sino de dotar a la que fue principal ciudad del norte de África de un centro moderno, "y simbólico también de la modernidad que parte de la idea estética de la vida que nació en Egipto".

Para hallar la verdadera dimensión del desierto, los arquitectos autores de este proyecto que ahora se presenta en Asuán, se trasladaron a Los Ángeles, en Estados Unidos, y en el diseño que fabricaron para competir reprodujeron esa "búsqueda del horizontal absoluto" que constituye la esencia del edificio egipcio.

Con esa idea produjeron un proyecto limpio y plano que precisó el objetivo inicial: dotar a Alejandría de la mítica biblioteca que perdió en el siglo VI y cuyo "renacimiento" parte de una iniciativa que la Unesco lanza de acuerdo con el Gobierno de Egipto y de una comunidad de países en la que coexisten la España de la reina Sofía con la Grecia de Melina Mercuri, la Francia de François Mitterrand y la URSS de Gorbachov.

Primera piedra

Para llevar a cabo este proyecto, la Unesco precisa 152 millones de dólares (16.416 millones de pesetas). Hasta ahora ha sido escasa la contribución, pero ayer mismo el director general de la Unesco, el español Federico Mayor Zaragoza, señalaba que ahora en el mundo "habrá dinero para la cultura y para la paz. Esto es caro, pero a largo plazo es baratísimo, y en todo caso cuesta menos de lo que vale un cazabombardero".La reunión de Asuán, en la que se presentará una película sobre la idea del proyecto, está destinada a ser la primera piedra de la campaña internacional para financiarla.

La razón por la que la presentación del proyecto premiado se celebra en Asuán, al sur de Egipto, tan lejos de Alejandría, que es una ciudad mediterránea del norte mitificada por la historia y por el cuarteto de Laurence Durrell, simboliza la gratitud que tiene Egipto a la Unesco. En 1968, la Organización Internacional para el Desarrollo de la Cultura salvó en este lugar el templo de Ramsés II, que hoy se alza en Abu Simbel, a media hora de vuelo desde Asuán.

Tanto la Unesco como el Gobierno de Egipto han querido darle a la constitución de apoyo al renacimiento de la Biblioteca de Alejandría como a la Declaración de Asuán una solemnidad mundana que haga más fácil la difusión del proyecto.

Por ello no solamente están aquí los jefes de Estado de Egipto y de Francia, así como la Reina de España, y el presidente de los Erniratos Arabes Unidos, el jeque Zayed, sino que también se hallan personalidades del carácter de la ex ministra griega de Cultura, la actriz Melina Mercouri, actual diputada socialista griega, o la princesa Carolina de Mónaco, que también firmará la Declaración de Asuán.

La nueva Biblioteca de Alejandría está previsto que albergue un fondo inicial de 200.000 volúmenes, aunque a largo plazo se prevé que contenga, entre cinco y ocho millones de ejemplares. Se edificará sobre el mismo lugar en el que presumiblemente se alzó la primitiva. El proyecto ganador tiene una base en forma de disco de 160 metros de diámetro, que se eleva desde la tierra hasta los 35 metros de altura y baja hacia el mar en un plano inclinado.

Federico Mayor Zaragoza, el director general de la UNESCO, se mostró ayer convencido de que se abre en el mundo un tiempo en el que habrá dinero para la cultura y para la paz, y citó en un lugar privilegiado, de entre los proyectos de la organización, la reconstrucción de la Biblioteca de Alejandría, cuya primera piedra colocó, junto al presidente de Egipto, el 24 de marzo de 1988.

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