La revista 'Science' avala el éxito de los trasplantes de tejido fetal para tratamiento del Parkinson
El trasplante de células procedentes de fetos en el cerebro de un hombre aquejado de la enfermedad de Parkinson logré aliviar sus síntomas, según un nuevo estudio del que se hace eco el último número de la revista Science. El experimento, efectuado por científicos suecos y británicos, constituye, según los expertos, una prueba documentada de que las implantaciones de tejido fetal pueden utilizarse para tratar enfermedades.
[España es el país europeo donde se han practicado más implantes, al menos 36, con buenos resultados en varios pacientes. La legislación de este país permite la utilización de fetos para estas técnicas, bajo control de las autoridades.]
Fuentes médicas prevén que el estudio reactive la polémica sobre el uso de tejido fetal en Estados Unidos. En 1988, el Gobierno estadounidense prohibió temporalmente el empleo de tejido fetal en la investigación médica. La prohibición se prorrogó indefinidamente en noviembre pasado, pese a la oposición de decenas de grupos científicos.
La enfermedad de Parkinson provoca fuertes temblores y debilidad muscular. Los temblores se deben a la falta de producción, en el cerebro, de dopamina, agente químico que transmite los impulsos nerviosos que controlan la contracción muscular.
El tratamiento actual de dicha enfermedad, que afecta principalmente a ancianos, es la administración de dopamina sintética. En 1987 surgió por primera vez la idea de implantar en el cerebro de los enfermos células productoras de dopamina. Científicos en México extrajeron tejidos de las glándulas suprarrenales de un enfermo y se los trasplantaron en el cerebro.
El nuevo experimento, llevado a cabo por un grupo de investigadores encabezados por el sueco Olle Lindvall, se centró en un paciente a quien en 1988 se le implantaron células extraídas de fetos abortados en la octava y novena semana de embarazo. Dos meses después de la intervención se redujeron sus temblores y su tratamiento farmacéutico volvió a ser eficaz. Poco a poco, el paciente recobró una función muscular casi normal y los investigadores comprobaron que el tejido trasplantado estaba produciendo dopamina.
Lindvall advirtió que no se sabe todavía si las células fetales seguirán funcionando: "Éste es un paso hacia el desarrollo de una terapia para la enfermedad de Parkinson, pero por ahora sólo es una terapia experimental.
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