Los moscovitas toman la calle para pedir el fin del monopolio comunista
El pueblo soviético dio ayer un ultimátum al PCUS y exigió el fin del monopolio comunista del poder en un mitin de varios centenares de miles de personas, considerado el mayor celebrado jamás en Moscú y convertido en una advertencia radical al pleno del Comité Central del PCUS que se inicia hoy en el Kremlin. Alrededor de 300.000 personas salieron ayer a la calle en esta ciudad de ocho millones de habitantes para expresar su impaciencia ante la lentitud de las reformas políticas, económicas y sociales del sistema que encabeza Mijail Gorbachov.
Respondían así a la convocatoria efectuada por un amplio espectro de organizaciones políticas que van desde el Grupo Interregional de Diputados hasta las Asociaciones de Electores, la Plataforma Democrática del PCUS, el movimiento antiestalinista Memorial, el club de intelectuales La Tribuna de Moscú y muchos otros grupos que abogan por una transformación democrática de la sociedad.Por la mañana, las emisoras de radio locales invitaban a los moscovitas a dirigirse al lugar en que se inició la concentración, junto al parque Gorki. Bajo un sol invernal, las columnas de manifestantes se dirigieron en impresionante marcha por el anillo circular, el koltsó, hasta las inmediaciones de la plaza Roja, donde por primera vez había sido autorizado un acto de semejante envergadura. Dos horas tardó la comitiva en recorrer el itinerario hasta su destino, la amplia plaza situada frente a la estalinista fachada del hotel Moscú.
"Nomenklatura, acuérdate de Rumania"; "Egor Ligachov, vaca sagrada de Gorbachov"; "Politburó, entregad vuestras dachas a los niños de Bielorrusia"; "La partitocracia es la causa de nuestras desgracias"; "Dimitid, dinosaurios de la partitocracia"; "Gorbachov es el principal encubridor de la mafía". Así rezaban las pancartas que esgrimía la multitud, disciplinadamente organizada por grupos y por barrios.
Pasa a la página 3
El PCUS, a punto de ser rebasado por la protesta popular
Viene de la primera páginaRepitiéndose como un motivo clave estaba la cifra 6, tachada con un aspa, en alusión al artículo 6º de la Constitución soviética, que fija el papel dirigente y hegemónico del PCUS. El símbolo de la reivindicación central aparecía incluso colgado de un pendón con la figura de san Jorge portada por un amplio contingente de nacionalistas ucranianos. "PCUS, estamos cansados de ti" y "comunismo, al basurero de la historia" eran otros ejemplos de las consignas, a las que se añadía: "¿Con quién estás, Mijail Sergueievich [Gorbachov]?".
Mientras tanto, la idea de que el PCUS podría haber perdido ya la oportunidad histórica de encabezar una transición pacífica a un sistema más democrático penetraba más y más en las filas del comité central, algunos de cuyos miembros más conservadores se aprestan a defender posiciones de una forma que inquieta a los sectores centristas.
Éstos están convencidos de que no existe una alternativa fuerte y organizada que pueda hacerse cargo de una transición que aparece preñada de peligros. La plataforma del 28º Congreso del PCUS que examinará el comité central es, según medios del partido, insuficiente para satisfacer las exigencias de la sociedad.
Esta plataforma, en su versión divulgada por el servicio de noticias Interfax, prevé la renuncia al papel dirigente y una reinodelación de los organismos de dirección comunistas, incluida la creación de un Comité Eilecutivo Político donde estarían representados los jefes de los partidos comunistas de las repúblicas.
El comité parece haber sido concebido como una salida airosa para integrar las tendencias centrífugas, que alcanzan su máxima expresión en el Báltico y, sobre todo, en Lituania. La situación del Partido Comunista Lituano, escindido del PCUS, es uno de los temas del pleno. El grado de glasnost (transparencia informativa) del pleno es una incógnita, aunque medios del Ministerio del Exterior afirman que todo está preparado para poder efectuar una retransmisión en directo, si así lo decidiera el pleno o el Politburó.
Una de las máximas ovaciones se la llevó Telman Gdlian, el fiscal de instrucción directamente enfrentado al miembro del Politburó Egor Ligachov, cuando pidió que toda la directiva del PCUS, junto con el comité central, presente su dimisión.
Estrategia de salvación
Yuri Afanasiev, copresidente del Grupo Interregional de Diputados, dijo que la perestroika fue pensada como una "estrategia de salvación de un régimen sin perspectivas" y de "conservación de un aparato burocrático". Afanasiev acusó a la dirección soviética de provocar los conflictos étnicos actuales para ocultar que "el proceso de adquisición de soberanía de las repúblicas mina las bases imperiales de la URSS".
Boris Eltsin, que además de copresidente de ese Grupo es miembro del comité central, propuso adelantar el congreso del PCUS a mayo o junio y encargar su preparación a un comité creado ad hoc. La composición actual del comité central lo incapacita para hacer una reforma en el partido, apoyarse en el pueblo y organizar elecciones democráticas, dijo Eltsin.
Muchos de los manifestantes llevaban pancartas contra los grupos denominados patrióticos, de tendencia prorrusa. El escritor Ales Adamovich dijo que la unión entre el aparato del partido y el chovinismo ruso se había consumado. "El eje Ligachov-Bondarev ha sido organizado y funciona", dijo Adamovich refiriéndose al conservadurismo de este dirigente y el nacionalismo del que es un exponente cualificado el escritor Yuri Bondarev.
El pueblo está cansado, según Adamovich, de "un sistema que es incapaz de hacer otra cosa que no sean koljoses o sovjoses [las formas de organización colectiva de la agricultura] o tiendas para privilegiados".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Manifestaciones
- Transición democrática
- PCUS
- Represión política
- Partidos comunistas
- Protestas sociales
- URSS
- Malestar social
- Europa este
- Bloques políticos
- Conflictos políticos
- Gobierno
- Bloques internacionales
- Administración Estado
- Partidos políticos
- Problemas sociales
- Relaciones exteriores
- Política
- Administración pública
- Sociedad
- Centroeuropa
- Europa