El mercado del Este de Santander cumple tres años de polémica
El edificio permanece abandonado en el centro de la ciudad a la espera de un acuerdo municipal
JESÚS DELGADO, El mercado del Este, situado en el centro de Santander, polariza la política municipal y la vida ciudadana tres años después de que el Consejo de Ministros, en octubre de 1986, lo declarase monumento de interés cultural. El edificio, del siglo XIX y de estilo neoclásico, con una singular estructura de madera, ha provocado una extensa polémica entre los partidarios de su restauración y nuevo uso y los de su demolición por carecer de interés arquitectónico.
La Federación de Asociaciones de Vecinos de Santander tomó a finales de octubre la decisión de recoger firmas de ciudadanos para remitirlas al Consejo de Ministros, avalando un escrito en solicitud de que revoque aquella disposición que evitó por entonces la demolición fulminante del edificio. Sin embargo, otras voces, como las de la asociación Iniciativa Ciudadana para la Rehabilitación del Mercado del Este, se expresan de distinta manera, y algunos colectivos profesionales, entre ellos los colegios de ingenieros de caminos, licenciados y arquitectos, son partidarios de restaurar.Construido en 1837, según un proyecto del arquitecto Antonio Zabaleta, el Mercado del Este, de estilo neoclásico, fue clausurado, dado su estado ruinoso, por el Ayuntamiento en Junio de 1986, siendo alcalde Juan Hormaechea. Una fuerte polémica enfrentó a intelectuales y políticos conservacionistas y partidarios de la demolición, debido el estado del inmueble, que tiene una superficie edificada de 2.300 metros cuadrados, a espaldas del paseo de Pereda.
Competencias
La izquierda siempre quiso reconstruir, mientras la derecha, salvo excepciones de determinados núcleos, dijo lo contrario. Y al frente de ella, el propio alcalde Hormaechea, quien consideró que el procedimiento utilizado por el Gobierno para impedir el derribo había sido "anticonstitucional". "Si el Gobierno quiere el mercado", dijo, "se lo regalo para que lo restaure y transformarlo en un museo". La declaración de Monumento de Interés Cultural por el Consejo de Ministros el 31 de octubre de 1986, que salvó al mercado de la acción fulminante derribo municipal, provocó un conflicto de competencias planteado por la Diputación regional de Cantabria ante el Tribunal Constitucional y todavía no resuelto.
El delegado del Gobierno de entonces, Jesús García Villoslada, algunos meses antes de la intervención del Consejo optó por enviar a la Policía Nacional a fin de evitar la destrucción del edificio por los empleados municipales. Los socialistas acusaron al Ayuntamiento de pretender llevar a cabo una expoliación, requiriéndole para que reparase los daños causados en el interior.
Arquitectos cántabros, encabezados por José María Pérez González Peridis, promovieron en 1986, escasos meses antes de la clausura del mercado, una campaña orientada a evitar la destrucción. Según Peridis, la estructura de madera del edificio lo convierte en uno de los escasos ejemplos todavía visibles en España de la arquitectura previa a la aparición de las estructuras metálicas en las construcciones.
Los ecos de la polémica no están extinguidos cuando el Ayuntamiento anuncia para el 25 de enero una sesión extraordinaria a fin de tratar como asunto único la puesta en marcha de la escuela-taller denominada Mercado del Este. Los socialistas, que han promovido el pleno, avisaron que si antes del 31 de diciembre no se aprobaba el proyecto de creación de la escuela-taller en el mercado se perderían 400 millones de pesetas de subvención del Instituto Nacional de Empleo (Inem).
Manuel Huerta, alcalde, ha dejado pasar la fecha, precisando que el mercado "no tiene ningún valor artístico" y que la escuela-taller que lleva su nombre, y cuya puesta en marcha apoya, debe ocuparse de rehabilitar el castillo de Pronillo y el fuerte de la Maruca, otros dos vestigios históricos del casco urbano.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.