La subida del precio de la gasolina puede encender otro estallido social en Venezuela
El presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, está gestionando un aumento salarial antes de que se produzca el próximo incremento del precio de la gasolina, para evitar que esto provoque otra explosión social como la ocurrida en febrero pasado. Esa subida salarial intentará compensar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.
Tras el desastre sufrido por el partido socialdemócrata en el Gobierno, Acción Democrática en las elecciones regionales y municipales del día 3 de este mes, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), la mayor central sindical, comenzó a exigir un aumento salarial que compensara el gran deterioro que ha experimentado el poder adquisitivo con una inflación del 80%, producida por las medidas de ajuste del Gobierno.Las demandas de los trabajadores han encontrado una fuerte resistencia por parte de los empresarios, quienes argumentan que el aumento de los salarios llevará a la quiebra de empresas e industrias y provocará mayor inflación. Para resolver el conflicto planteado, el Gobierno decidió aprobar un aumento escalonado de salarios mediante un decreto que anunciará en los próximos días. El Gobierno pretende aprobar e se decreto cuanto antes para evitar que se produzca un nuevo estallido social en febrero, mes en el que está previsto una subida adicional del precio de los combustibles.
El Gobierno de Carlos Andrés Pérez, al asumir el poder el 2 de febrero pasado, firmó una carta de intención con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reestructurar la deuda externa, aplicando medidas de ajuste, entre las cuales un aumento de la gasolina durante tres anos, que se producirían cada mes de febrero. El 27 de ese mismo mes se aplicó el alza antes del aumento salarial, y en protesta la población espontáneamente desembocó en saqueos masivos y disturbios que se saldaron con un balance de más de 2.000 muertos.
Los observadores señalan que la prisa del Gobierno por aprobar un aumento salarial a partir del 1 de enero se fundamenta en el temor de que ocurran nuevos disturbios. Aparentemente, el Gobierno no quiere cometer el mismo error que hace un año, pero quiere mantener su programa económico y su compromiso con el FMI. Falta ver si el aumento salarial tranquilizará lo suficiente a la población.
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