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HACIA UNA NUEVA EUROPA

Los 'doce' dan su apoyo al pueblo alemán para que recupere su unidad

La respuesta de la CE al Este se convirtió ayer en el centro específico, del Consejo Europeo de Estrasburgo. El canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, llevó a la cumbre a un punto de equilibrio: el sí a la convocatoria de la conferencia intergubernamental para la unión monetaria a finales de 1990 a cambio del apoyo de los doce "a una situación en la que el pueblo alemán recupere su unidad a través de la libre autodeterminación".

IGNACIO CEMBRERO / FÉLIX MONTEIRA, ENVIADOS ESPECIALES

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El acuerdo generalizado sobre estos dos puntos eclipsó la oposición de la primera ministra británica, Margaret Thatcher, que insiste en que la unión económica y monetaria es "un proceso para realizarlo sin precipitación, sin comprometerse a ciegas y sin necesidad de reformar los tratados" de la CE.Los jefes de Estado o de Gobierno de la CE han decidido también crear un banco regional para el desarrollo de Europa oriental, según ha anunciado esta madrugada Roland Dumas, ministro francés de Exteriores.

El respaldo de la CE al derecho de Alemania a recuperar la unidad supone un paso adelante sobre el tradicional reconocimiento del principio de autodeterminación. El respaldo político a Kohl se enmarca en las garantías propuestas por la presidencia francesa de que "este proceso se realice pacífica y democráticamente, en el respeto de los acuerdos y tratados, sobre la base de todos los principios definidos en el Acta Final de Helsinki". Italia y España lograron que se introdujera un párrafo en el que se señala que esa evolución se producirá "en un marco de reforzamiento de la construcción europea".

Kohl fue incluso mas explícito. Se refirió a la necesidad de no desestabilizar a Mijail Gorbachov y al respeto del Acta de Helsinki, con la garantía de la línea Oder-Neisse (la frontera oriental de la RDA con Polonia), precisión ésta que no figura, en su plan aprobado por el Parlamento de la RFA.

En la entrevista que el ministro de Exteriores de la RFA mantuvo con Felipe González, Genscher le comentó: "Todas las circunstancias nos obligan a estar integrados en Europa". Y añadió: "Gorbachov nos prefiere integrados".

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Apoyo unanime de la CE al Este reformista

Viene de la primera páginaAceptado el apoyo a la unidad alemana -"la palabra reunificación abriría la caja de los truenos", según un diplomático-, la convocatoria de la conferencia intergubernamental entró en vías de acuerdo, con la sola diferencia de un matiz formal.

Si el paso adelante sobre la unión monetaria es el gran acuerdo sobre el futuro de la construcción europea, la atención de los doce estuvo más orientada hacia el Este. La declaración, además del párrafo referido a Alemania, insiste en el apoyo y la ayuda económica de la CE a los procesos democráticos de reforma, a la que han contribuido ampliamente "la vitalidad del proceso de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (CSCE) y la estabilidad en materia de seguridad".

La CE, dice el texto, "continúa siendo la piedra angular de una nueva arquitectura europea y el punto de anclaje de un futuro equilibrio europeo". La cooperación e integración deben tener en cuenta a "Estados Unidos y Canadá, dos países a los cuales nuestros pueblos están ligados por una estrecha solidaridad".

La "cooperación acrecentada con el Este", y en especial la creación de un banco de ayuda al desarrollo de estos países, incluida la Unión Soviética, fue el tema clave de la cena alrededor de la chimenea. El objetivo es sentar los principios del banco, aunque el funcionamiento y la aportación de cada país quedarán sometidos a discusiones técnicas futuras.

Negativa británica

Todos menos el Reino Unido, que plantea otro tipo de proceso, aceptaron que la conferencia se celebre a finales de 1990. Kohl se refirió a la necesidad de completar los trabajos preparatoriospara que la cumbre de Roma pueda convocar y abrir la conferencia intergubernamental en diciembre de 1990.

En su opinión, la ratificación de los nuevos tratados para permitir a la CE dotarse de un banco central europeo y una moneda común podría producirse "alrededor del 31 de diciembre de 1992", es decir, en el momento de la entrada en vigor del mercado único.

A diferencia de los demás, Thatcher evitó pronunciarse sobre el sí a la conferencia, ya que su opinión es que hay que ir despacio y realizar la unión monetaria en "el terreno de los hechos". Pero "el Reino Unido", dijo, "acepta el objetivo".

Felipe González interitó con un "a mí las dos fórmulas me son indiferentes" resolver la sutileza formal que esconde el problema de protagonismo de si es Francia quien convoca ahora o sólo se asume un compromiso para que sea Italia quien lo haga dentro de un año. Y aunque Kohl admite que la conferencia se inicie a finales de 1990, de hecho sólo comenzarán los trabajos en serio en 1991, una vez celebradas las elecciones alemanas.

Una segunda fase

Los trabajos de la conferencia, se piensa, durarán un año. La segunda fase de la unión monetaria podría entrar en vigor en 1993. El presidente español Felipe González insistió en la convergencia de las políticas económicas y el incremento de la solidaridad con las economías menos desarrolladas.

Se sumó a Kohl y al prime ministro italiano, Giulio Andreotti, en recalcar la necesidad del control democrático de la institución financiera a la que dará lugar la conferencia, lo que significa en la práctica aumentar el poder del Parlamento Europeo.

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