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La economía vasca, ave fénix del declive industrial

Las regiones de antigua industrialización parten con una mala dotación sectorial para abordar los retos del mercado único, como se puede ver tras un estudio comparativo de sus estructuras respecto a la media europea.En esta comparación aparecen siempre dos constantes para cada región: que participa de las deficiencias básicas generales de las regiones en declive y que su situación relativa depende, sobre todo, del lugar que ocupa su respectiva economía nacional entre los países europeos.

Por tanto, al comparar el País Vasco con regiones alemanas, belgas, francesas e inglesas aparece siempre en último lugar. Deducir de ahí algo más que su pertenencia histórica a una economía estructuralmente atrasada como la española no puede sorprender a nadie, excepto si se quiere dramatizar "tan extraordinaria novedad".A escala europea, el País Vasco está en mal lugar relativo en desarrollo tecnológico y en actividades de investigación y desarrollo (I+D), la tasa de paro es elevada, sus empresas tienen una pequeña dimensión, las infraestructuras son deficientes, la productividad es débil, así como los márgenes de autofinanciación, mientras que, por el contrario, los costes financieros son elevados al depender del crédito bancario, se conoce una inadecuación del sistema formativo y poca presencia exportadora, etcétera. Es decir, en definitiva, la economía vasca debe cargar con las tradicionales deficiencias de la economía española.

Por otra parte, también tiene algunas carencias propias de las regiones de antigua industrialización. Se trata de la poca atención al mercado, la concentración en un número reducido de actividades tradicionales y la relativa lentitud en la creación de actividades y empleos en el sector servicios.

El mercado único

Ahora bien, a pesar de estas conclusiones aparentemente pesimistas, el País Vasco se encuentra sin duda entre las regiones en declive que pueden superar positivamente los problemas que originará el mercado único.

La economía vasca tiene una estructura más favorable que la de la economía española para soportar los impactos sectoriales de 1992. Además, el esfuerzo de I+D realizado en la región ha sido mucho más intenso que el español en su conjunto y bien' adaptado a las necesidades concretas de la estructura productiva vasca, al ser impulsado fundamentalmente por las autoridades regionales y haber participado en él la iniciativa privada; de hecho, en el sector de la transformación de los metales y en el de máquina herramienta se considera que el esfuerzo de adaptación tecnológica ha sido superior a la media de la industria española.Contando con un buen nivel de cualificación de la mano de obra, se está haciendo un esfuerzo particularmente importante en formación ocupacional y reciclaje, con una adecuada proyección internacional, al participar de manera destacada en los programas de la CE.

Finalmente, a pesar del grave déficit actual, se destaca la importancia de las obras previstas en infraestructura para conectarse con los grandes ejes de comunicación europeos y mejorar la fluidez del transporte interno a la comunidad autónoma.

Este nuevo dinamismo de la economía vasca se comprueba en las evoluciones coyunturales de los tres últimos años: elevada tasa de crecimiento del producto interior bruto, especialmente industrial; rápido incremento en la creación de puestos de trabajo; aumento de las exportaciones; elevada tasa de inversión y, por tanto, renovación de los equipos productivos; aumento significativo de las inversiones extranjeras. De esta manera, la evolución global de la economía vasca durante estos años ha sido mejor que la media europea, e incluso, durante este año, mejor que la ya magnífica de la economía española.

Objetivo: Europa

Esta mejora, con ser importante, no lo es tanto como el progresivo rearme moral de la sociedad vasca frente a los efectos del terrorismo, con la generación de un consenso creciente entre todos los sectores sociales sobre la necesidad de modernizar y redinamizar las estructuras productivas. Así, y por primera vez desde que se inició la transición democrática, la sociedad vasca mira de manera decidida hacia el futuro y se fija como principal objetivo su incorporación a Europa de manera creativa.

Una buena respuesta a las consecuencias del mercado único depende de la capacidad de adaptación, que es una consecuencia de las actitudes sociales. Se puede entender, por tanto, que el País Vasco cuenta con una baza, de valor inapreciable para superar con éxito ese reto. De todas las regiones analizadas en el estudio, era la única donde el. conjunto de la opinión pública, de la clase política y de los empresarios tenía una actitud positiva frente a la unidad europea, lo que permite asumir el cambio de manera creativa y no defensiva.

Es cierto que las recientes evoluciones coyunturales todavía no han podido borrar la herencia de decenios de industria tradicional ni superar todas las deficiencias estructurales. En ese sentido hay todavía muchas razones para considerar que el mercado único implica riesgos importantes para economías como la vasca y en general para las regiones en declive.

De ahí la necesidad de que las autoridades comunitarias y las respectivas autoridades nacionales cuenten de manera destacada con estas regiones entre los objetivos. prioritarios de sus políticas regionales. La sociedad y la economía vasca ya han empezado a moverse en el sentido adecuado.

Jaime del Castillo y Pilar Gómez-Larrañaga de Información y Desarrollo, SL, son los miembros del equipo español que participó en la elaboración del estudio realizado para la CE sobre el impacto del mercado único en las regiones en declive.

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