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Los alumnos siguen fumando en los colegios y piensan que la cerveza no es alcohólica

"¿Que no nos venden tabaco? Pues perderemos la clase mientras vamos a comprarlo al chiringuito de la esquina". Así de drásticos se muestran algunos estudiantes de bachillerato frente a la orden ministerial que prohíbe la venta de tabaco y bebidas alcohólicas en centros escolares públicos. Los profesores son abiertamente partidarios de la medida, pero unos y otros coinciden en que, mientras no cambien los hábitos sociales, de poco sirven las prohibiciones.

La última orden del ministerio refuerza dos reales decretos de 1982 y 1988 que restringen en los centros las zonas de fumadores con la pretensión de prevenir el tabaquismo desde sus primeras manifestaciones.Desde hace tres años no funcionan las pocas máquinas expendedoras de tabaco que aún resisten en los institutos como vestigios de un pasado más tolerante. La relación con el cigarro es ahora un tú a tú entre el alumno y el camarero encargado de custodiar las cajetillas fuera del alcance de la vista.

En relación con las bebidas alcohólicas, aunque ya existían distintas circulares internas del ministerio que impedían su venta y distribución a los estudiantes, son muchos los centros que han debido transigir con la cerveza -bebida alcohólica según fuentes ministeriales- por la presión de los alumnos y los padres en los consejos escolares.

Hasta ayer, en que entró en vigor la orden ministerial, los bares de los institutos exhibían todo tipo de licores, en teoría para uso restringido del profesorado. La nueva normativa, que impide vender alcohol tanto a estudiantes como a docentes, obligará a los centros a una mayor observancia de la prohibición mediante su inclusión en los reglamentos de régimen interno y el establecimiento de medidas de cumplimiento, de acuerdo con los consejos escolares y las direcciones provinciales de Educación. Se deja pues a los centros la total responsabilidad de cumplir la nueva norma, sin que por el momento el ministerio piense impulsar ningún tipo de inspección extraordinaria.

La Administración está convencida de que empieza a conseguir resultados, pero la realidad demuestra que las colillas rebasan los recintos permitidos en el bar y en el patio para acumularse paradójicamente a los pies de la propaganda antitabaco que empapela los centros. "Nadie tiene por qué pagar tus malos humos", reza el cartel. A José Antonio Rodríguez, del Ramiro de Maeztu, la sola visión del cigarrillo en el cartel de prohibición le recuerda que fuma. "¿No podían hacer los de otra forma?", se pregunta.

Hay otra forma de convencer que depende de cada docente Efrén Abad, jefe de estudios del nocturno en el Ramiro de Maeztu, retira pacientemente cada pitillo que sorprende en el alumnado, mientras la directora del instituto Joaquín Turina, Concepción Navas, recuerda con todo lujo de detalles la muerte lenta de una profesora a los 40 años por cáncer de pulmón.

Contradicciones

Queda todavía una contradicción por resolver, descubren los bachilleres del Joaquín Turina. "Si la ley nos permite fumar en el bar, ¿por qué no comprar tabaco allí mismo?". La otra es el alto grado de implantación social del tabaquismo. Sus profesores fuman, sus hermanos también y sus padres con el pitillo en la boca les conminan a no tomar ejemplo. En ello se basa Ángel Alvarez, jefe de estudios del instituto Fortuny, cuando reconoce que "si no cambia la mentalidad tolerante de la familia es dificil luchar desde el instituto".

Los estudiantes pertenecen a la cultura de la litrona y del tinto con casera, tan arraigada en la sociedad española. Para ellos, la cerveza es una bebida no alcohólica, y en cualquier caso creen que la responsabilidad de emborracharse es personal e intransferible.

Un alumno mexicano, del Ramiro de Maeztu, resume el sentimiento general de los jóvenes de su generación ante cualquier tipo de prohibición. "Basta que nos impidan hacer algo para que vayamos de cabeza. Tienen que entender que cuando estamos en pleno despegue psicológico de la familia no necesitamos fuera de ella más padres y madres que nos digan lo que tenemos que hacer".

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