Violeta Chamorro: "También Nicaragua va a haber un cambio"
La candidata opositora descarta el recurso al la violencia
Violeta Chamorro, la única persona capaz de hacer sombra a Daniel Ortega en las elecciones presidenciales del 25 de febrero en Nicaragua, como candidata de la Unión Nacional Opositora (UNO), llega mañana a Madrid, en una gira europea con escalas en Londres, Bonn, París y Roma. Chamorro, curtida en la polarizada batalla política nicaragüense, dice no ser un político y declara que su objetivo último es llevar la paz y la democracia a Nicaragua: "Tengo fe en que si el muro de Berlín está cayendo, también en Nicaragua va a haber un cambio".
La viuda del carismático Pedro Joaquín Chamorro ha cruzado el Atlántico para ofrecer a los dirigentes europeos su punto de vista sobre la realidad nicaragüense, que pinta con los turbios colores del totalitarismo. El lunes se entrevistó con la primera ministra, Margaret Thatcher, y a la salida de la reunión se mostraba entusiasmada: "Ha estado muy amistosa y familiar. Es un mujer muy inteligente. De lo que pasa allí sabe más que cualquiera de todos nosotros".Cuando Thatcher recibió hace unos meses a Ortega, la primera ministra británica tuvo buen empeño en manifestar su desagrado ante el líder sandinista. Con Chamorro todo fueron sonrisas y parabienes, en una atmósfera de entendimiento que la candidata aprovechó para pedir ayuda económica para Nicaragua si ella gana las elecciones.
La UNO es una heterogénea coalición de 14 partidos, que va del comunismo al panamericanismo centroamericano, y que el sandinismo moteja como un instrumento de la contra. "Que digan eso me preocupa porque no es verdad", dice Chamorro. "El Gobierno está débil, y como son 14 partidos los que me respaldan, está bastante asustado". No obstante, asegura que, de vencer en los comicios, su primera medida será "conceder una amnistía general para que todo el mundo vuelva", incluso los contras.
La candidata antisandinista se ha visto forzada, a los 60 años, a un activismo que ella preferiría dejar para otros. "Una hace por la patria lo que está al alcance de su mano, aunque no se sea política", dice. Sin embargo, confía en conseguir la victoria y, lo que le parece más difícil todavía, que Daniel Ortega entregue el poder: "La esperanza es que lo entregue porque se ha comprometido. Si no lo entrega no quiero ni pensarlo; va ser peor que con el viejo Somoza".
En Nicaragua no hay paz todavía, pero tampoco hay guerra, según Chamorro, que critica lo que para ella no son sino jugadas belicistas de Ortega. "La guerra en Nicaragua ya ha terminado. Daniel Ortega busca siempre pretextos y lo que quiere es retrasar el proceso electoral". Ella no quiere ni oír hablar de guerra. "Estoy cansada de ver tantas armas por todas partes. Lo que queremos son libros y cuadernos para que la gente estudie".
La propiedad de la tierra
La UNO piensa que su promesa de dar títulos de propiedad sobre las parcelas de tierra entregadas a la población por el sandinismo le va a dar votos, pero también habla de revisar las concesiones de tierras confiscadas ilegalmente, propósito que le costará apoyos. El recrudecimiento de la actividad armada de la contra también resta posibilidades a Chamorro, cuyo jefe de campaña, Antonio Lacayo, le acompaña en el viaje, y tiene buen cuidado en deslindar a la una de los otros: "Hay alguna poca gente que combate, pero son algunos que están fuera de control y lo hemos condenado".
Violeta Chamorro no descarta que pueda peder las elecciones. "Como demócrata que soy, sí Daniel Ortega las gana limpiamente le felicitaré y espero que rija al país como debe ser y no como lo ha hecho en los últimos 10 años". Si la victoria de Ortega es sucia, "le combatiremos por todos los medios", dice Lacayo. Excluida la lucha armada, puntualiza Chamorro.
La candidata presidencial no cree que deba definirse como continuadora de la estirpe de mujeres con una misión creada por Corazón Aquino o Benazir Bhutto, a la primera de las cuales sólo ha conocido recientemente.
Fuentes de la Administración norteamericana han comparado a Violeta con la presidenta filipina y la presentan como la mujer de un mártir de la democracia que lucha por restaurar las libertades del país, pero sus críticos hacen notar que, mientras Corazón Aquino hizo frente a los asesinos de su marido, Chamorro no está en la trinchera opuesta a los contras.
Un portavoz sandinista señala que el paralelismo con Aquino "es un montaje para la exportación" que no tiene credibilidad de puertas para adentro. "Los nicaragüenses saben que UNO está llena de gente que aborrecía a Pedro Joaquín Charnorro".
Violeta Chamorro va a entrevistarse en Madrid con Felipe González, a quien considera crítico de las opciones tomadas por el sandinismo. "Nos vimos hace tiempo", dice, "pero no sé si se acordará de mí".
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