El Soviet Supremo decide no aplazar la reunión del congreso

El Soviet Supremo de la URSS rechazó anoche los intentos de aplazar la convocatoria del Congreso de los Diputados Populares (el superparlamento soviético) hasta 1990, apoyados sutilmente por Mijail Gorbachoy, y decidió que este organismo, formado por 2.500 diputados, se reunirá el 12 de diciembre próximo. La abolición del artículo 6 de La Constitución, que fija el papel dirigente del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), no será abordada por el Congreso, ni tampoco la ley de la propiedad y de la tierra, según decidió ayer el Soviet Supremo. Numerosos diputados pidieron ayer su supresión.

La fecha del 12 de diciembre fue recomendada por el Presidium del Soviet Supremo de la URSS con Gorbachov a la cabeza. Este, sin embargo, adoptó una curiosa posición de desdoblamiento. Por una parte, respaldó explícitamente la recomendación, pero por otra elaboró un discurso que concluía que era mejor reunir el Congreso a fines de enero, para poder incluir las leyes económicas básicas (sobre la propiedad y la tierra).Apenas Gorbachov hizo alusión al eventual retraso, un diputado manifestó que tal medida sería una "grosera violación" de la legalidad; y el académico Andrei Sajarov consideró "intolerable" no aprobar este año algunas de las leyes fundamentales para aplicarlas a principios de 1990. "A cualquier precio", dijo Sajarov, "es necesario aprobar este año un mínimo de leyes, entre ellas la de la tierra y la propiedad"

Ayer se inició en Moscú una conferencia estatal que reunía a la flor y nata de los economistas soviéticos, bajo los auspicios de la Comisión Estatal de Reforma del Consejo de Ministros y de la Academia de Ciencias. El padre de este evento, inaugurado por Gorbachov, es el primer viceministro Leonid Abalkin. Éste expusó su plan de transición hacia el mercado en tres etapas y hasta 1995. Abalkin se refirió a la necesidad de lograr un consenso social para unas medidas impopulares. Otros economistas criticaron el plan y el retraso en la convertibilidad del rublo, prevista parcialmente a partir de 1993.

Los métodos para eliminar la masa monetaria no satisfecha por la oferta, el destino de las empresas estatales, la introducción sistemática del racionamiento y de medidas administrativas fueron otros de los temas en discusión y no faltóquien, como Oleg Bogomolov, el director del Instituto de la Economía del Sistema Socialista Mundial,, rechazó de plano el programa de Abalkin. Dijo que había que actuar "más y hablar menos".

Varios diputados trataron de incluir la abolición del punto seis de la Constitución soviétíca en el orden del día del próximo congreso, modificando así la agenda recomendada por el Presidium, que incluye los cambios constituclonales necesarios para camblar el sistema electoral.

La sesión del Soviet Supremo fue prolongada para votar sobre el orden del día. La Constitución soviética sólo preve una sesión anual del Congreso de los Diputados, un organismo mucho menos manejable y operativo que el Soviet Supremo, pero sus miembros convocaron una más para 1989.