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EE UU conocía la cooperación nuclear entre Suráfrica e Israel desde enero

Estados Unidos presentó una fuerte protesta el pasado mes de enero a Israel por la ayuda que este país estaba prestando a Suráfrica en la construcción de un proyectil de alcance medio capaz de portar una cabeza nuclear, pero Israel se limitó a contestar con un desabrido: "Este asunto no es de su incumbencia".

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Según informó ayer The Washington Post, la protesta norteamericana, presentada por el entonces embajador de Estados Unidos en Tel Aviv, y hoy representante permanente de su país en Naciones Unidas, Thomas Pickering, confirma no sólo que Washington tenía conocimiento de la existencia de un plan secreto de cooperación nuclear entre Israel y Suráfrica, sino que había trasladado su preocupación al Gobierno israelí.La existencia del plan fue revelada el miércoles por la noche por la cadena de televisión NBC, que, citando fuentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), afirmó que Suráfrica lanzó un proyectil de medio alcance con asistencia técnica israelí el pasado 5 de julio. Según la NBC, el cohete, lanzado desde las cercanías de un polígono de tiro cercano a Pretoria, realizó un recorrido de 1.500 kilómetros en dirección a la Isla del Príncipe Eduardo en el Océano indico. De acuerdo con esta información, Israel presta su colaboración técnica a Suráfrica a cambio de uranio enriquecido surafricano con destino a su programa nuclear. La NBC afirmó que Israel contaba con un arsenal atómico compuesto por 200 cabezas nucleares.

El primer ministro israelí, Isaac Shamir, negó ayer categóricamente en Radio Israel la existencia de un programa de colaboración nuclear entre su país y el régimen de Pretoria y calificó de "mentiras" las informaciones de la NBC. Sin embargo, la negativa del Ministerio de Defensa isarelí fue más matizada. Según un portavoz del citado ministerio, Israel se atiene a una decisión alcanzada por su Gobierno en marzo de 1987, según la cual no se firmarían nuevos contratos con Suráfrica en materia de defensa a partir de esa fecha. Sin embargo, el portavoz se negó a contestar a la pregunta de si la colaboración actual se remontaba a una fecha anterior.

Según The Washington Post, el embajador Pickering sufrió un desaire por parte de funcionarios israelíes cuando presentó su nota de protesta. Los israelíes se limitaron a contestar que "el asunto no era de la incumbencia de Washington". Igual contestación recibió un funcionario del Departamento de Estado cuando planteó el mismo tema a una delegación israelí en visita oficial a Washington la pasada primavera.

En círculos diplomáticos de Washington e Israel no se tiene la menor duda de que el hecho de que la información divulgada por la NBC proceda de fuentes de la inteligencia norteamericana en este preciso momento sólo puede obedecer a dos causas. La primera, crear dificultades internas a Shamir por su negativa a aceptar los planes elaborados por el secretario de Estado, James Baker, y el presidente egipcio, Hosni Mubarak, para avanzar en la solución del conflicto palestino. La segunda, para cubrirse ante posibles críticas israelíes ante una importante venta de tanques norteamericanos a Arabia Saudí.

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Hay una tercera razón. EE UU parece dispuesto a autorizar la venta de supercomputadoras a dos universidades israelíes y la operación ha suscitado fuertes críticas en algunos sectores del Congreso que se han apresurado a resaltar la estrecha colaboración entre las instituciones académicas de Israel y su complejo militar.

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