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Triunfaron las películas de Jorge Sanjinés, Andrei Konchalovski y Fernando Fernán-Gómez

El filme español 'Días de humo', de Eceiza, premio Donostia

Nación clandestina, un extraordinario filme de factura casi artesanal, una obra insólita del cineasta boliviano Jorge Sanjinés, compartió la Concha de Oro a la mejor película de esta edición del festival donostiarra con Homer and Eddie, un brillante filme comercial norteamericano dirigido por el ruso Andrei Konchalovski. El Premio Especial del Jurado, homologable por su categoría a la Concha de Oro, fue concedido a El mar y el tiempo, personalísima obra de Fernando Fernán-Gómez. La Concha de Plata fue concedida al director polaco Moroslaw Bork por El cónsul, y los premios Donostia, a Días de humo y Amor verdadero.

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El jurado internacional, compuesto por la alemana Ingrid Caven, el mexicano Felipe Cazals, la húngara lldiko Enyedi, el español Luis García Berlanga, el japonés Shohei Imamura, el soviético Otar losiliani y el suizo Daniel Schmid, concedió también una Concha de Plata al director polaco Miroslaw Bork, por su película El cónsul.

El premio a la mejor interpretación femenina fue para la joven actriz yugoslava Mirjana Jokovic, por Eversmile New Jersey, dirigida por el argentino Carlos Sorín, y el de interpretación masculina le fue otorgado a Ari Bery, por su trabajo en el filme húngaro Rehenes.

Además de estos galardones tradicionales, el jurado concedió dos premios Donostia. El primero al filme español dirigido por el vasco Antxon Eceiza, Días e humo; y el segundo al conjunto de los intérpretes de la película norteamericana Amor verdadero.

Palmarés

Un jurado especial, dedicado exclusivamente a las películas proyectadas en la sección paralela Zona Abierta, concedió el premio Banco de Vitoria, dotado con diez millones de pesetas, al cineasta español Felipe Vega, por su película El mejor de los tiempos, y al luxemburgués Andy Bausch, por su película A Wopbopaloobop a lopbamboom.

El premio de la Prensa internacional -Fipresci- fue para el filme británico- argentino antes citado Eversmile New Jersey; el del Ateneo Guipuzcoano fue a parar a la película belga El maestro, dirigida por Marion Hansel. Finalmente, el premio de la Oficina Católica del Cine (OCIC) fue concedido al conjunto de la obra del polaco Krysztof Kieslowsky.

Las obras más interesantes de cuantas se han proyectado estos últimos días en la pantalla del Victoria Eugenia están en este palmarés, que ha sido bien acogido y en el que sólo desentona la disparatada Concha de Plata al director polaco Bork, que hace en El cónsul un trabajo de dirección casi rutinario; y la Concha de Oro a Konchalovski, por un filme bonito y muy bien dirigido, que dará buen resultado comercial, pero que no resiste un cotejo a fondo con el de Jorge Sanjinés, y el de Fernando Fernán-Gómez mucho más complejos y serios en cuanto a contribuciones al desarrollo del lenguaje cinematográfico, que es lo que importa a la hora de valorar en un festival las películas en concurso.

La presencia del filme de Konchalovski en el primer lugar del palmarés de esta edición del Festival de San Sebastián parece, según filtraciones rumoreadas en los pasillos del hotel María Cristina, que es el cuartel general de la organización del festival, que se debe a la insistencia y tozudez de uno de los jurados, el japonés Imamura, que no cedió un palmo de terreno a la hora de defender esta película para el primer premio en el festival.

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