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Éxito de Mecano a pesar del escenario

El grupo musical actuó anoche en Madrid ante 60.000 personas

La enorme asistencia de público al concierto madrileño del grupo Mecano, superior, según algunos cálculos, a las 60.000 personas, desbordó a la organización del mismo y puso en evidencia, una vez más, un recinto a todas luces inadecuado para albergar espectáculo de este calibre. El acceso al auditorio fue caótico y el interior no presentaba mejor aspecto. A nivel artístico, todo fue muy distinto y puede hablarse de un éxito total. La gran capacidad de convocatoria del trío madrileño hizo posible que más de 50.000 personas se reunieran para ver en vivo a un grupo español de música pop, pagando por cada entrada 1.200 pesetas.

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Un recinto caótico

Cuando pasaron cinco minutos de las diez de la noche, Ana Torroja, Nacho y José María Cano y los dos músicos que habitualmente les acompañan -el bateria Óscar Astruga y el bajista Ignacio Mañó- salieron a escena ante el clamor de un público muy heterogéneo. Adolescentes de pulcro aspecto y familias al completo formaban los dos núcleos mayoritarios, rendidos incondicionalmente a la comercial música de Mecano desde los acordes iniciales.Comenzaron con el tema Hoy no me puedo levantar, un primer éxito conseguido al inicio de esta década, y continuaron desgranando lo mejor de su repertorio, hasta llenar las más de dos horas de concierto previstas con 26 canciones.

Uno de los momentos más espectaculares de la primera parte del espectáculo se produjo cuando en el tema Un año más se quemó una impresionante traca de fuegos artificiales. El público reaccionó tal y como estaba previsto.

En los años cincuenta, los grupos norteamericanos de jazz utilizaban para las emisiones radiofánicas de sus conciertos a un personaje que, mezclado entre el público, aplaudía cuando era conveniente para los intereses de la banda. Mecano no necesita trucos de este tipo; el secreto de su éxito está en unas canciones y en una forma de interpretarlas que convierte su repertorio en un aplauso constante.

Sensualidad adolescente

Ana salió a escena embutida en un ajustado vestido negro, y sus compañeros lucieron músculo con sus habituales camisetas ajustadas. Aspecto sofisticado en la imagen, ritmos embaucadores en la música y una forma de moverse refinada y adolescentemente sensual. Seducción, en fin, apta para todos los públicos.Los tres se metamorfosean según las necesidades de las canciones, buscando ambientes con meros cambios en su estado de ánimo. Son buenos actores, y las historias urbanas que cuentan, de ajustada crudeza (Cruz de navajas o Me cuesta tanto olvidarte), se alternan con cuentos fantásticos a lo Lewis Carroll (Hijo de la Luna o Aire) en los que Ana Torroja se convierte en una Alicia morena capaz de hacer que más de 50.000 personas crean en conejos blancos o en gatos parlanchines.

Es el mundo de la fantasía pop, un mundo en el que Nacho y José María Cano son la reina y el rey de corazones, las piezas maestras de una estructura musical sencilla pero muy efectiva. Ana es el nexo de unión con la realidad, la anfitriona que acompaña al público, durante más de dos horas, en un viaje por el país de las maravillas creado por Mecano.

Rudy Gassner, director ejecutivo de BMJ Ariola Internacional, y casi medio centenar de directores generales de diferentes países de la misma compañía se trasladaron ayer a España para asistir al concierto de Mecano, con vistas al futuro lanzamiento mundial del grupo.

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