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El obispo Casaldáliga dice que la Iglesia no quiere ser democrática

Francesc Valls

Pedro Casaldáliga, de origen catalán y obispo de Sâo Félix de Araguaia (Brasil), ha enviado un mensaje al IX Congreso de Teología, que organizan cristianos progresistas en Madrid, en el que critica con dureza las deficiencias que, a su juicio, existen dentro de la Iglesia Católica con respecto a los derechos humanos. Casaldáliga afirma en el citado texto que la Iglesia, "por no querer ser democrática, no es lo que debería ser". Colaboradores del obispo manifestaron que el prelado está recibiendo nuevas amenazas de muerte de la ultraderecha brasileña por su defensa de los campesinos.

"Los derechos humanos individuales, que andan mal, todavía andan; sin embargo los derechos colectivos de los pueblos no andan", afirma el obispo de Sâo Félix, en referencia a la situación social en América Latina. "El imperio se empeña en impedir o desmoralizar" experiencias liberalizadoras, a su juicio, como en el caso de Nicaragua. "Es evidente", prosigue el obispo, "que si alguien debe preocuparse" por los derechos fundamentales debe ser la Iglesia.Casaldáliga, que se ha caracterizado por su actitud crítica, ya ha tenido diversos problemas con Roma por su actitud próxima a la teología de la liberación y por haberse negado durante años a acudir a la visita ad limina que periódicamente, de acuerdo con el Código de Derecho Canónico, deben realizar los obispos a Roma. En el escrito remitido a Madrid asegura que "no siempre la Iglesia se muestra con una sensibilidad total, afinada y pronta con respecto a los derechos humanos".

"Nadie puede decir honestamente", agrega el obispo, "que la Iglesia, como un todo y a lo largo de los 500 años del mal llamado descubrimiento haya sido tan fiel a los derechos humanos de las personas,y de los pueblos de este requerido continente de la muerte la esperanza". "Pero, además, dentro de su propia casa, la Iglesia viene fallando, por una razón que no justifica, claro está. Por no querer ser mundana -entendida la palabra en el sentido peyorativo con que la entendería san Juan, el mundo maligno-, la Iglesia deja die ser humana. Por no querer. su democrática, no es lo que debería ser, mucho más; unas comunidades de hermanos y hermanas iguales en todo, con ministerios y servicios diferentes, en la misma dignidad, en el mismo derecho y deber de participación plena", dice.

Centralismo romano

El obispo de Sâo Félix hace, asimismo, -una dura crítica al centralismo romano, al que ya se había referido en anteriores ocasiones. La centralización anterior, a juicio del prelado, "acaba siendo negación de los propios derechos del Evangelio". "Por este motivo", afirma, "en primer lugar, la Iglesia debe entonar -debemos entonar como Iglesia- un mea culpa, ampliar la posibilidad de que vivamos todos estos derechos humanos en la misma Iglesia para tener después credibilidad profética para anunciarlos y reclamarlos en la sociedad".

El contenido de este mensjae redactado especialmente para el IX Congreso de Teología, que desde el pasado miércoles y hasta el próximo domingo se celebra en Madrid, está previsto que sea leído durante las sesiones, a las que ayer ya se habían inscrito 1.200 personas.

Los organizadores de las jornadas -la Asociación de Teólogos Juan XXIII- mantuvieron ayer una reunión plenaria en la que fue designada la persona -Casiano Floristán- que asistirá a una próxima sesión en Mainz (RFA) de la Asociación Europea de Teólogos, creada después de que el pasado mes de enero se hiciera pública la Declaración de Colonia, en la que se criticaba con dureza la involución vaticana, así como el sistema de designación de obispos. Los teólogos españoles se suman, de esta manera, a la Asociación Europea.

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