La firma del gaitero

El improvisado concierto de canciones populares que ofrecía un gaitero compostelano ataviado con el traje regional en las proximidades de la iglesia de San Francisco, se vio ayer momentáneamente interrumpido por un grupo de jóvenes del movimiento integrista de los focolares.Tras depositar una ayuda económica, los militantes católicos le pidieron al gaitero su firma. Con ello trataban de incluir el nombre del músico junto a los de miles de jóvenes que ya habían suscrito un documento para pedir la paz en el Líbano, que será entregado al Papa hoy y mañana en Santiago. Los jóvenes católicos consiguieron convencer al gaitero, tras varios minutos de diálogo.

En las proximidades del lugar donde el músico interpretaba sus canciones, habían hecho cola minutos antes grupos de peregrinos italianos. Los jóvenes aprovecharon ayer la posibilidad de confesarse, ya que en muchos templos de la ciudad se les ofrecía la última oportunidad de hacerlo. Hoy, todos tratarán de buscar posiciones en el monte do Gozo para ver al Papa.

La avalancha de peregrinos recorría ayer la ciudad en una aglomeración ordenada. No hay problemas con estos jóvenes que recorren las calles de la ciudad cantando, acompañándose de guitarras. Por la mañana, incluso, grupos de españoles bailaban jotas y sevillanas ante la catedral. La euforia dura las horas solares, porque los peregrinos se recogen pronto. A las diez de la noche todo está en calma en Santiago, a la espera de la pacífica invasión del día siguiente.

Los negocios no obtienen grandes beneficios con este turismo, pero, como reconoce el propietario de una cerería, aunque las ventas sólo se han incrementado un poquito, lo más importante es la venida del Papa. Sólo agotan existencias algunos pequeños vendedores de asociaciones juveniles católicas. Por las calles de Santiago, hasta ayer, se puede adquirir una chapa con la inscripción Totus tuus.