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CAMBIO Y AGITACIÓN EN EL ESTE

Gorbachov, acosado por la huelga y los choques étnicos

Pilar Bonet

Dos miembros de las fuerzas del Ministerio del Interior de la URSS, un teniente mayor de 31 años y un cadete de 18, resultaron muertos a tiros por desconocidos armados con fusiles de caza en Abjasia mientras cumplían la misión de limpiar de barricadas los caminos y confiscar armas a la población, según informó ayer la agencia Tass. El suceso, ocurrido en la localidad de Ostapi el día anterior, eleva a 20 el número oficial de víctimas de los conflictos nacionalistas en Abjasia, y supone otro elemento de tensión, además de la huelga de los mineros, en el ya complicado panorama con el que se enfrenta Gorbachov.

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En Abjasia la situación era tensa y portavoces del Ministerio del interior constataban un aumento de la tensión en las regiones de Georgia Occidental. La huelga, que paraliza los ferrocarriles en Abjasia, continuaba ayer en la región minera de Deribas, donde según Pravda se han. perdido 200.000 toneladas de carbón con unos costes económicos de 5 millones de rublos diarios. El paro afectaba también a 139 explotaciones de carbón de la región de Dnepropetrovsk, en Ucrania, con unas pérdidas diarias de un millón de rublos, según Tass, y se mantenía en Chervonograd, en Ucrania occidental y en Vorkuta, según las informaciones llegadas a Moscú.[Gorbachov y su primer ministro, Nicolai Rishkov, han solicitado una "reunión urgente" del parlamento (Soviet Supremo) y del Consejo de Ministros "con participación de los representantes de los mineros". También se informó ayer desde Sujumi, capital de Abjasia, que todos los altos dirigentes políticos de esta república autónoma presentaron su dimisión en una reunión del comité central del partido comunista de este territorio, informan las agencias Efe y Reuter.]

El diario de los, sindicatos Trud insertaba ayer un resumen del acuerdo del comité de huelga de Kuzbas y la delegación negociadora del Kremlin. El ministro del Carbón, Shchadov, informaba que el acuerdo se aplica a todas las regiones carboníferas de la URSS.

Ceses de dirigentes

En Karagandá, en Kazajstan, la huelga iba camino de acabar ayer del todo, según Tass, tras la llegada a la zona de una delegación presidida por el jefe del Partido Comunista de la república, Nuristan Nazarbaev, que intervino en un mitin con los huelguistas Como en la región de Kuzbas, pionera de la huelga, el comité de huelga de Karagandá se ha transformado en un Comité de Trabajadores para controlar los acuerdos adoptados.

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El proceso de cese de los dirigentes comunistas de provincias, los grandes derrotados de las elecciones de marzo, que ha afectado la semana pasada al primer secretario de Leningrado, Yuri Soloviov, continuó ayer con el cese de Konstantin Masik, primer secretario de la región de Kiev.

La agencia Tass informó que Masik fue cesado "por deseo propio" en un pleno de la organización regional de Kiev al que asistía el jefe del partido en Ucrania, VIadimir Shcherbitski. El sucesor de Masik, A. Kornienko, era antes vicejefe de la sección de cuadros en el Comité Central del PCUS en Moscú.

El máximo dirigente soviético ha expresado su voluntad de continuar adelante con las reformas, pese a la resistencia persistente del aparato del partido, que se extiende a sus propios colegas del Politburó, y que ha sido expresada claramente en la reunión del 18 de julio en el Comité Central del PCUS.

De imponerse las ideas de Gorbachov, medios próximos al Comité Central preven para el próximo otoño una nueva reestructuración del aparato del Partido Comunista de la Unión Soviética con cambios en el Politburó. Pese a las 110 personas que abandonaron el Comité Central en abril y los relevos en el Politburó a finales de septiembre de 1988, Gorbachov ha anunciado una nueva purga. "Se necesita una renovación de los cuadros, un flujo de fuerzas nuevas. Y es necesario renovarlos desde el colectivo laboral, en el barrio, en la ciudad, en la región y en el distrito, en la república, en el Comité Central y el Politburó", señaló el líder.

Éste ha hecho oídos sordos a los llamamientos de altos funcionarios del partido que piden un catecismo ideológico, apretar los tornillos a la Prensa y recurrir a la represión como vía para mantener la autoridad del PCUS, que da muestras de pánico ante las elecciones locales, previstas para la primavera.

Un 85 % de los vencedores de las elecciones parlamentarias de marzo eran comunistas, pero esta circunstancia le parece ya irrelevante al jefe del Gobierno soviético, Nikolai Rishkov, que ve amenazada la posición dirigente del partido por la falta de posiciones claras de los comunistas diputados, por la organización de los informales y otros grupos en el Parlamento y por la disolución del poder entre el Comité Central, el Soviet Supremo y el Consejo de Ministros.

Las duras críticas que los soviéticos hacen al PCUS, la creciente intolerancia hacia el funcionariado comunista y las numerosas deserciones que experimentan las filas del partido evidencian la crisis que sufre esta institución. La crisis se ha agravado con las huelgas de los obreros que exigen resultados concretos y una aceleración de la perestroika. En un intento de aplacar los ánimos, el Kremlin ha recurrido a Boris Eltsin, el símbolo de la lucha contra los privilegios en la URSS, quien hizo el viernes en el telediario un llamamiento a la responsabilidad de los obreros y al regreso al trabajo.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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