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Entrevista:

Antoine Vitez considera que "La Celestina" es una obra "absolutamente blasfema"

La pieza teatral de Fernando de Rojas inaugurará mañana el certamen francés

JOAN DE SAGARRA, La Celestina, de Fernando de Rojas, en la versión francesa de Florence Delay, inaugurará mañana por la noche, en la Cour d'Honneur del Palacio de los Papas, el Festival de Aviñón de este año. El espectáculo ha sido producido por el Théâtre National de l'Odéon La Celestina es el primer texto español que dirige Antoine Vitez y supone el reencuentro de Jeanne Moreau (Celestina) con el escenario en el que, 38 años atrás, se dio a conocer. La Celestina se representa en Aviñón hasta el 22 de julio. Los días 28, 29 y 30 de este mes podrá verse en el Teatre Grec de Barcelona.

Viernes 7 de julio. A las 22 horas va a realizarse el primer pase integral de La Celestina en la Cour d'Honneur. Duración aproximada: cuatro horas. Patrice Trottier, el iluminador habitual de Vitez, prueba luces mientras conversamos con el director.Pregunta. ¿Por qué La Celestina?

Respuesta. Bueno, verá usted... es que yo fui alumno de la Celestina. Sí, tal como lo oye. En 1942, cuando contaba tan sólo 12 años, mis padres me llevaron a ver La Celestina en un teatro de París. La intérprete de la vieja puta era una gran actriz, Marcelle Gemiat, de origen ruso. Me encantó. Unos años más tarde yo fui alumno de Marcelle Gemiat, me dio clases de interpretación. Así que me convertí en el alumno de Celestina. Cuando me nombraron director de Chaillot, en 1981, me propuse presentar una serie de grandes obras-enigma: Fausto, Hamlet, La Celestina, incluso una versión de la Divina Comedia. Monté tan sólo las dos primeras...

P. Chantal Albertini me dijo en Sevilla que usted se había encontrado con la Celestina en las calles de Roma...

R. Bueno, sí, pero era tan sólo una imagen. Una imagen ligada al poema de André Frénaud, La sorcière de Rome. En efecto; vi en una esquina a una mujer muy vieja que vendía flores, unas flores que horas antes había robado en un cementerio. Podía ser Celestina. Pero a Celestina también la he visto en Fausto, hasta el punto de que estoy convencido de que Rojas debió haber leído a Goethe.

P. Lo de la identificación entre La Celestina y Fausto lo dirá usted por el pacto con el diablo...

R. Claro. Ese es el gran tema. La gran metáfora , válida para todo el mundo. Incluso para mí, que no soy creyente. Piense usted en la cantidad de pactos (políticos) con el diablo que ha vivido este siglo, como el que culmina en España con La Celestina. Pero al margen de este mundo catastrófico, de crímenes, de muerte, hay un antimundo que me atrae enormemente en La Celestina. Es esa otra vida posible presidida por una cierta idea de belleza, de armonía, opuesta a la virtud, a la honorabilidad, a la riqueza que representan Pleberio y Alisa, los padres de Melibea.

P. Así, pues, la ve usted como una obra actual...

R. Actual no: eterna. Hay en ella ese antimundo, ese falansterio de la fornicación, y hay, también, la visión del judío converso, Rojas, que echa mano de los textos sagrados convertidos en uno de los mayores textos blasfematorios de la Humanidad. No hay figura teológica, no hay santo que no esté parodiado en él. Le pondré un ejemplo. Calisto acude a la iglesia de La Magdalena para pedir que se cumplan sus deseos de obtener a Melibea. Mientras está rezando, Celestina le tira de un pie y le dice: ya es tuya. Todo ello es una parodia, blasfema, de la Anunciación.

P. ¿Jeanne Moreau es Celestina?

R. Sin duda. Claro está que iia, as actores y actrices, pero Jeanne es la actriz legendaria interpretando ese personaje legendario. Todas las Jeannes, todos los rostros y las edades de Jeanne que hemos visto en el cine están en esta Celestina, una vieja puta que habla con nostalgia del pasado y que, por momentos, nos devuelve, sobre el escenario, ese pasado. Con su voz -voz de madre, que mece, que cuenta historias-, con su mirada...

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