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Semprún reprocha a los intelectuales "mantenerse al margen de la represión china"

El ministro de Cultura presenta las actas del Congreso celebrado en 1987 en Valencia

"Todavía no he visto un manifiesto de intelectuales antifascistas contra la represión en China", afirmó ayer el ministro de Cultura, Jorge Semprún, durante la presentación de las actas del Congreso Internacional de Intelectuales celebrado en Valencia en 1987, 50 años después del II Congreso de Escritores Antifascistas. Semprún jugó hace dos años un papel activo en el desarrollo del encuentro, del que dice "abordó los problemas más importantes de la cultura".

A juicio de Jorge Semprún, los acontecimientos que se producen actualmente en la República Popular China invalidan las críticas que suscitó el Congreso de Intelectuales celebrado en Valencia en junio de 1987, según las cuales los debates se habían centrado unilateralmente en la descalificación del estalinismo."No hay palabras bastantes para condenar lo que sucede en China", dijo el ministro, para quien "no hay una reacción suficiente en este país", afirmó el ministro.

Tras calificar de buena la respuesta de los medios de comunicación, Semprún se preguntó por qué los intelectuales españoles que suelen firmar cartas contra el general chileno Augusto Pinochet no se han movilizado contra la represión en China, y recordó su discrepancia con la italiana Rossana Rossanda sobre la valoración del maoísmo.

Semprún, que formaba parte del comité organizador del Congreso de Valencia, tuvo una activa intervención en los acalorados debates del encuentro, en uno de los cuales estuvo a punto de ser agredido por un espectador.

El ministro afirmó que el material recogido en los cuatro volúmenes de actas de aquellos de bates resultan muy interesantes, más allá de la imagen excesivamente unilateral de la discusión sobre el totalitarismo que suscitó en su día.

Adhesión directa

"Creo que es imprescindible el compromiso del intelectual con su entorno y con la sociedad civil", declaró Semprún al ser preguntado sobre su posición actual de poder como ministro de un Gobierno socialista. "Lo que sí que ha cambiado", prosiguió, "y espero que definitivamente, es que el mediador de este compromiso sea el partido del proletariado".

Jorge Semprún matizó que lo mismo se puede decir del PSOE y precisó que la del intelectual debe ser una adhesión directa a la sociedad, "lo cual no quiere decir que pueda coincidir a veces con un partido político determinado".

Las actas presentadas ayer, publicadas en cuatro volúmenes coordinados por Joan Álvarez, recogen las ponencias y debates y documentos del Congreso de 1987, que organizó la Consejería de Cultura de la Generalitat, entre las que figuran textos e intervenciones de Octavio Paz, Stephen Spender, Maria Antonieta Macciocchi, Cornelius, Castorialis, José Saramago, Daniel Cohn-Bendit y Mario Vargas Llosa, entre otros muchos.

Tras calificar de oportuno el intento de rehabilitación que se lleva a cabo actualmente de la figura del militante comunista Julián Grimau, ajusticiado por el franquismo en 1963, Semprún se mostró partidario de dar por zanjada cualquier revisión de las circunstancias internas del Partido Comunista que rodearon aquellos hechos.

"La necesidad de pensar de nuevo la democracia, no como algo inerte, sino como un proceso permanente", fue la característica que, en opinión de Semprún, hizo coincidir en el Congreso de Valencia , en cuestiones muy concretas, a escritores y artistas de procedencias y planteamientos ideológicos muy diferentes.

"Creo que no estuvo, como se dijo, desfasado", y que no estuvo en absoluto falto de rigor histórico declaró Semprún. "Todo aquello tiene ahora mucha más importancia de la que creíamos", concluyó.

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