60.000 millones de pesetas al año
Europa se gasta al año 60.000 millones de pesetas anuales en investigaciones de fusión termonuclear en caliente, según los datos ofrecidos ayer por Maissonier, a pesar de que no estará disponible como fuente de energía hasta bien entrado el siglo XXI. Un 98% de este esfuerzo se concentra en la fusión por confinamiento magnético, en la que se calienta el combustible hasta alcanzar el estado de plasma, que se maneja gracias a los campos magnéticos que se aplican. Sólo el 2% se dedica a investigaciones de fusión por confinamiento inercia¡, en la que se utilizan láser para bombardear minúsculas bolas de combustible y a la fusión fría (hasta ahora únicamente la catalizada por muones).
Tres razones
Sólo tres países -Japón, Estados Unidos y la URSS-, además de la Comunidad Europea, mantienen investigación en fusión termonuclear, y de ellos Europa es la más adelantada en el método de confinamiento magnético, según Maissonier. Existen tres razones por las que los países europeos están dispuestos a gastar grandes cantidades de dinero en una investigación que no tiene una aplicación próxima: el hecho de que el combustíble a utilizar sea abundante y fácilmente conseguible en Europa, los problemas de contaminación que plantean las fuentes de energía utilizadas en la actualidad (nuclear, carbón y petróleo) y la necesidad de diversificar las fuentes de energía.El programa europeo de fusión pedirá a los ministros comunitarios a finales de este año fondos para emprender la etapa de diseño del nuevo prototipo de fusión, con el que se espera alcanzar la producción neta de energía. Si los ministros aprueban el proyecto, los trabajos comenzarán en 1990 y durarán hasta 1994, en que se emprendería la etapa siguiente de construcción del prototipo, del que se espera obtener del orden de un gigavatio de potencia (1 .000 millones de vatios) en forma de calor.
