La CE coordina la evacuación de sus ciudadanos residentes en Pekín

, Las embajadas de los países de la Comunidad Europea han empezado a coordinar esfuerzos para fletar aviones que permitan la salida de los residentes los próximos días. Todo el personal diplomático español permacerá por el momento en Pekín, según declaró ayer el embajador de España, Eugenio Bregolat, quien ha sugerido a los familiares del personal que trabaja en la delegación -otros tres diplomáticos, el canciller, y los agregados comercial y de defensa- que traten de abandonar la capital China si su presencia allí no es estrictamente necesaria.

Al mismo tiempo, alrededor de 40 españoles -la mayoría estudiantes y profesores, así como algunos empresarios y técnicos de empresas mixtas- se encuentran refugiados en un hotel de Pekín esperando que un avión fletado por España y otros países comunitarios, les pueda trasladar fuera de China en los próximos días. Otros españoles que trabajan en ciudades del sur del China se pusieron en contacto con la Embajada en Pekín y con el consulado en Hong Kong para requerir información sobre la conveniencia de abandonar o no el país. Varios países europeos están haciendo gestiones en los últimos días para evacuar a sus nacionales en China, incluso familias de diplomáticos, ante el deterioro de la situación.

Estados Unidos ha organizado un dispositivo que preveé la salida de parte del personal diplomático y sus familias -unas 150 personas- para el fin de semana. Además de urgir la, salida de los funcionarios y sus familiares, las autoridades norteamericanas han pedido al resto de sus ciudadanos que abandonen China.

Algunos extranjeros temían el cierre del aeropuerto de Pekín, pero según medios diplomáticos, pasada la avalancha de los primeros días, la situación aérea tiende a normalizarse y se espera que en los próximos días haya una notable fluidez de vuelos internacionales. Otros países, como Canadá, Australia y Japón, han organizado también dispositivos especiales para ayudar a sus ciudadanos a salir de China. De los 3.000 japoneses residentes en Pekín, ya han abandonado el país un millar.