Cristiani ofrece la paz en su primer día de mandato
Nunca una escena de transmisión de mando o habrá resultado tan significativa. Napoleón Duarte, sentado entre el nuevo presidente de el El Salvador, Alfredo Cristiani, y el nuevo vice presidente, Francisco Merino, era el símbolo de la derrota y la decrepitud; los nuevos gobernantes llenaban sus rostros con la arrogancia de la juventud y del poder reciente. En sus primeras palabras, Cristiani quiso borrar la pésima reputación de su partido con una oferta de paz que incluye un diálogo "inmediato, permanente, serio y reservado" con la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Alfredo Cristiani, un empresario cafetalero de 41 años de edad, no pudo contener una leve sonrisa de placer ni siquiera mientras sonaban las largas notas del himno nacional salvadoreño. Después, en un discurso enérgico y preciso, presentó un proyecto para acabar con la guerra de un década que ha dejado en el país 70.000 muertos.Cristiani anunció que está dispuesto a crear una comisión de paz integrada por personalidades de reconocida solvencia democrática para que entre en contacto "de inmediato" con los portavoces que designe el FMLN a fin de negociar las condiciones para la paz. El nuevo presidente advirtió que este diálogo debía ser permanente y que no podría ser interrumpido unilateralmente, por ninguna razón, hasta que no se obtuviesen soluciones.
Alfredo Cristiani aseguró que no pedía la rendición de nadie, que no es enemigo de nadie, pero que entiende que tiene Ia responsabilidad histórica de acabar con la guerra" y lo hará "por todos los medios que la democracia otorga". Precisó que el diálogo con el FMLN deberá desarrollarse inicialmente fuera de El Salvador y que tendrá que encuadrarse en el marco de la ley.
Sabotajes
La toma de posesión de Cristiani fue retransmitida por radio y televisión gracias a un generador eléctrico instalado en el salón de Ferias de la capital salvadoreña, ya que el 90% del país se encontraba sin energía por culpa de los sabotajes de la guerrilla. Se registraron algunos enfrentamientos en distintas ciudades, pero el FMLN no reprodujo el escenario de caos y guerra total que presidió la jornada electoral del 19 de marzo pasado.
El mandatario pronunció un discurso reconciliador y lleno de palabras de esperanza. Abogó por la concordia y la tolerancia y prometió que jamás utilizará la represión. Aseguró que perfeccionará la justicia y que defenderá el respeto de los derechos humanos. "Seremos los primeros vigilantes de que el respeto de los derechos humanos, una forma de conducta de nuestra sociedad", dijo.
El hombre fuerte en el Gobierno de Cristiani será Francisco Merino, de 37 años, considerado representante de los sectores duros de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que concentrará en sus manos la vicepresidencia y el Ministerio del Interior. Como ministro de Defensa ha sido elegido el general Humberto Larios, un oficial vinculado a Estados Unidos, cuya embajada en San Salvador no parece totalmente al margen de la designación. El Ministerio de Exteriores queda en manos de un hombre desconocido en el escenario salvadoreño, Manuel Pacas.
No ha sorprendido, pero sí es representativa la ausencia en el Gabinete del líder de Arena, el mayor Roberto D'Aubuisson, símbolo de la hora más negra de la ultraderecha en este país. Su participación hubiera imposibilitado toda relación con el Gobierno de EE UU, que no quiere verlo cerca del nuevo presidente. Su procesamiento ha sido también solicitado por la última propuesta del FMLN. Su carisma, sin embargo, es incuestionable. Ayer recibió un largo aplauso -tanto o más largo que el que se otorgó al propio presidente- cuando su nombre fue mencionado entre la lista de los miembros del Congreso. Casi ningún observador piensa, no obstante, que la popularidad de D'Aubuisson sea base para pensar en que el Gobierno de Arena desencadene la violencia contra militantes de izquierda.
Perfil democrático
Cristiani, formado en la universidad de Georgetown (Washington, EE UU), trazó ayer el perfil de un gobernante democrático y respetuoso, muy lejos del prototipo que hace meses se podía pensar de un dirigente de Arena. "Estamos empeñados en que los salvadoreños diriman sus diferencias, por grandes que sean, en el campo de las ideas; queremos desterrar por completo la violencia", prometió el nuevo presidente. Aseguró que incorporará a todos, incluido el FMLN, a la gran tarea de la reconstrucción nacional y pidió a todas las instituciones que colaboren con él en la defensa de los derechos humanos, de la paz, el progreso y la libertad. "Basta ya de odios, revanchismos y violencia", proclamó.
Con estas premisas, Cristiani pidió "más ayuda internacional" e invitó a los presidentes de Centroamérica a crear un marco de colaboración permanente.
[A diferencia de otras investiduras presidenciales en Centroamérica a las que han asistido varios presidentes latinoamericanos, a la toma de posesión de Cristiani solamente asistieron los presidentes de Costa Rica, Oscar Arias, Guatemala, Vinicio Cerezo, y Honduras, José Azcona, informa Efe].
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